una ola de rio, paso por encima de mi cuepo acostado. una hoja verde, de medio metro, de largos esparragos, rozo mi retina, al querer incorporarme al dia de playa. despues una galleta en el reel, me postro como veinte minutos. pense todo el tiempo en estupideses tipicas de cuando la presion alta, llega a encender el termostato del cuerpo, finalmente el ovillo quedo como una peluca en el barro con arena del balneario.
veo un chorro de agua limpia, saliendo del tanque del vestuario, y aprovecho la ocasion, para oxigenar mi osamenta, sugcionando el oxigeno
con la boca, que aspira fuertemente hacia adentro , sin dejar pasar el liquido. es una costumbre que algun dia patentare seriamente, pense. !tenia sed, me grito un cocinero viejo, desde la ventana del bufet.