DIME MAR

Cuando veo a esos chicos en la playa
que amorosos se dicen cosas tiernas
y se arrullan absortos contemplando
el paisaje sin fin de sus miradas.
Cuando ríen y juegan y se abrazan
o se unen al fin enamorados
en un beso tan bello y prolongado.
Miro entonces al mar tan imponente
comparando su oleaje con los chicos,
su rugir, su poder, su fuerza innata
con el alma inmortal de un ser humano.
¿Es tan grande el amor que une dos vidas?
¿Es mayot su pasión que tu bravura?
¿Durarán esos besos y caricias
más allá del verano yla distancia?
Solo tú me lo puedes decir... Has visto tanto...
¿Dura siempre el amor o se transforma,
se pierde, se olvida, ya no es nada
convertido en sollozos o quebranto?
Dime mar te lo ruego, lo suplico
¿Puede más el amor que une dos vidas
que las penas, el tedio, la agonía
de vivir aún cansado de la vida?
No respondes, oh mar a mis preguntas
aunque advierto en la fuerza de tus olas
que de pronto golpean mi figura
una sola respuesta conocida:
el amor es tan viejo como el mundo
es el mar, tempestades o la calma
el nos mueve, nos hiere, nos destruye,
pero siempre renace en nuestras almas.