Un día un buscatalentos del júnior lo vio jugando y le pregunto si quería irse a probar en las inferiores del júnior, a lo que Epa contesto con un rotundo –sí- al verlo lo probaron para el equipo juvenil pero cuando vieron el dominio de balón y la gambeta que tenia lo llevaron de una a la profesional y de titular; Allí al lado de Eulalio Arriaga, el cojo y el torcido formaron la dupla ganadora del júnior de Barranquilla. Como hace muchos años no se veía el júnior comenzó a llenar el estadio, la gente adoraba a Epa, "¡que man pa´ juga no joda!” el júnior estaba de primero en la tabla de posiciones peleando titulo con el América a solo dos puntos de diferencia, nacional tercero a doce puntos y millonarios como raro de décimo, a Epa los comandos lo odiaban, los del sur querían cascarlo, y los del disturbio no soportaban verlo, pero los curramberos de Barranquilla le hicieron una estatua como la del pibe. Al acercarse la final del campeonato, Epa el mejor jugador de Colombia a pesar de no haber hecho un solo gol, era el alma de su equipo.
Llega la final del campeonato, partido de ida en Cali el júnior le saca el empate al América, 0-0 queda el marcador, todo se va a definir en el partido en el metropolitano, ese día hizo más calor que de costumbre, es Diciembre y época de precarnaval en Barranquilla, el estadio a reventar, doscientas mil personas en él, norte llena, sur a punto de explotar, oriental sin cupo, occidental full, la gente era tanta que la acomodaron hasta en la pista atlética a solo metro y medio de la línea de la cancha, el estadio estaba más lleno que hijo de cocinera, se oye el pitazo y empieza el partido.
Minuto diez, remate del “pepe” Moreno, susto en barranquilla, pero pega en el palo y sale, minuto 20 llega por la derecha Epa, se saca a uno, se saca a otro centra y “el cojo” Arriaga no llega y el balón pasa de lado a lado, en el minuto 40 se silencia el estadio cuando Otalvaro remata desde la mitad del área y se le cuela el balón a Pérez y gol del América, no se oye un ruido por todo barranquilla, las ilusiones parecen haberse diluido en el aire, y con este marcador 0-1 a favor de “la mecha” se van al descanso, en los camerinos se oyen las charlas técnicas, el ánimo que le brinda el técnico a su equipo y quince minutos después saltan de nuevo a la cancha.
El dialogo con sus hombres parece haber funcionado, por que a los tres minutos Epa recibe un pase largo de Belmer y casi sin mirar pateo hacia la tribuna derecha, pero como los disparos de Epa siempre tomaban una comba espectacular el balón dio un giro increíble en el aire y se fue hacia el centro del área chica, en ese momento entra por el otro lateral Rolong y con un cabezazo certero cuela el balón en la red de Viafara, vuelve y salta la tribuna currambera y el metropolitano se siente vibrar, felicidad en Barranquilla y la gente en las calles comienza a lanzarse maizena y agua de la felicidad.
continuara... |