¿Dónde estarán las palabras que no salen, los sentimientos que se llevan a cuesta y jamás se muestran de frente?
¿Qué sentido tienen los besos contenidos, las caricias matadas a golpes de razonamientos, los sueños sepultados por escandalosos?
¿Cuánto tiempo se aguantan los deseos a cuerda corta? ¿Dónde van después de difuminarse por sequía y ahogarse en mares de criterios?
¿Cuánto cuesta descubrir una sonrisa plastificada o las verdades encubadas a base de mentiras?
¿Qué precio tiene lo que no se vende y cuánto se paga por lo que nada vale?
¿Es cierta la caducidad de las promesas calculadas?
¿Las puñaladas si cogen por sorpresa son más dolorosas que a conciencia?
¿Por qué la oscuridad desborda luces y en pleno día se vive en tinieblas?
¿Cuántos gritos se dan en silencio?
¿Cuántas lágrimas se tragan a palo seco?
¿Cuántas preguntas encierran en sí mismas la respuesta?
¿Quién controla el bombardeo de palabras escupidas como dagas al cerebro?
¿Dónde está la vida de aquellos que la arrastran cada día cual condena?
¿La voz se nubla ante la ceguera?
¿Todo es relativo y cambiante dependiendo de quién juegue la partida?
¿Cuántos interrogantes nos planteamos a lo largo de la vida? ¿Y cuántos de ellos son coherentes?
Mares de dudas, lluvia de borrascas, soplos de preguntas… que varían según el tiempo, las circunstancias y el estado de ánimo; de lucidez, de luces y sombras… ¿o no?

PD: será mejor dejar de preguntarme, podría pasarme así una eternidad, y corro el riesgo de encontrar las respuestas...