No había pan,
y una polilla de oro
nacío en el precoz vientre.
No había agua,
y un vapor incoloro
posó sus manos en mi alma.
Tierra tampoco había,
y las uñas se hartaron
con la piel de tus senos.
"Dejo nota"
Cuando la recesion nos pudra
y nos bese el hijo de la nada.
Cuando lo vacío tome las cartas
del poker humano...
Solo existirá la inagotable abundancia
de mi amor por la mujer.
Texto agregado el 15-06-2006, y leído por 211
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Lectores Opinan
19-06-2006
Excelentes versos. Fuertes, vivos, vibrantes. Una lluvia de estrellas. Dainini