Lagrimas
Acá estamos una vez mas, llorando, pataleando, resignándonos, aceptando lo inaceptable, creyendo que todo fue en vano y que el tiempo por si solo arreglara las cosas. En momentos como estos, es mucho mas fácil derramar una lagrima que combatir el dolor que la causa, siempre fue mas sencillo, no hace falta ningún tipo de esfuerzo y hasta encima, otros se apiadan de mi y me terminan consolando. No se porque en estos casos, ronda ese imaginario de que cuanto uno mas llora, mejor se va a sentir, los problemas mas rápido se van solucionar y mis culpas, cuanta mas agua junte entre mis mejillas, mas limpias van a quedar. A veces me pregunto si todas las personas son como yo, se quedan llorando en sus casas en el lugar mas oscuros para que nadie nos vea, o si habrá algún loco, una de esas personas que hacen lo contrario a lo que dice la mayoría y que no le importa cual es la verdad establecida porque la única verdad es la que viven ellos, que se anime a dejar de llorar.
Me pregunto cuantas lagrimas habrán derramado las abuelas y madres de plaza de Mayo antes de salir a buscar a sus nietos e hijos desaparecidos, cuantas veces tiene que ver un padre lagrimas en las caritas de sus hijos para que lo animen a cortar una ruta, cuantas lagrimas deben llover para que un obrero decida tomar la fabrica con la que mantiene a su familia. Deben haber sido muchas, pero mas que muchas, fueron las suficientes. Las suficientes para empezar a secar esas lagrimas de tristeza y dolor con pañuelos de acción y esperanzas, las necesarias para buscar la solución con mis pares en la calle, en vez de quedarme llorando solo en casa y mas aun, fueron las suficientes, para desear un futuro sin mas ojos mojados.
Maro, 8/11/2002
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