Hoy trato de reparar una injusticia. Si no fuese por U.S.A. los marcianos ya nos habrían invadido hace mucho, Godzila sería el amo del planeta, algún asteroide nos habría hecho polvo o ahora la tierra viviría una nueva era del hielo, tal vez los dinosaurios habrían hecho su agosto con nosotros y la Cosa, ese engendro gelatinoso y repugnante, habría transformado la tierra en una gigantesca goma de mascar. Que sería de nosotros si los gringos –asociados con los beneméritos cerebros de Hollywood- no hubiesen creado a Superman, a Batman y Robin, a Flash y a todos esos personajes rutilantes que mantienen el orden, disfrazados de policías o benefactores todopoderosos. La tierra sería un solo caos y nosotros acaso sólo fuésemos unos miserables protozoos. Gracias EEUU, gracias Presidente de tan visionaria nación, sin ustedes seríamos nada o seríamos una catástrofe. Gracias por reconocer las miserias del mundo circundante, gracias por conocer a fondo el oficio de buen tasador que ayuda con generosidad pero que deja en prenda todo lo que pueda luego comercializarse. Agradecido en el alma por ello. Gracias al cielo que me permitió ver claro todo esto y permitirme pedir perdón por todos mis malos pensamientos hacia esa gran nación que cautela el mundo con sus satélites espías, que en el fondo son sólo ángeles guardianes que auscultan con sus ojos de microfibra nuestros pecados más ocultos y que sólo desean que nos enmendemos. Como odio a ese Terminator que viene del futuro para asesinar a un norteamericano que nos liberará de la esclavitud de las máquinas. Viva Sarah Connors que al defender a su hijo, defiende a toda la humanidad. Viva Rambo, el Che Guevara de los dioses del norte, viva el Superagente 86, viva el Pato Donald, viva Stanley Kubrick que permitió que con su ingenio el hombre viajara a la luna, vivan todos los nacidos en ese pueblo bendito que nos protege con la benevolencia de un hermano mayor y que tiene tan claro que en este mundo todo es blanco como la coca o negro como Michael Jordan, bueno como un hotdog o malo como el alma de los narcotraficantes. Desde hoy y para siempre, apoyaré todas las acciones de Bush, ese sacrosanto ser, mitad hombre y mitad hamburguesa, esa delicia de carne que es como la hostia de los norteamericanos. Pido a todos los pueblos del mundo que reconstruyamos piso a piso Las Torres Gemelas y que nos unamos para dar con el paradero del tunante Bin Laden, así como se encontró hace poco al espectro de Sadam Hussein, pido que construyamos una catedral gigantesca en pleno corazón de Manhattan para que en ese templo monumental se realicen misas por todos los caídos y arrodillados y que ese templo se denomine Mac Donald para que en el resto del mundo haya sucursales funcionando a toda hora. Hermanos míos: unamos nuestras voces y oremos por esa raza privilegiada que nos protege con dientes y muelas porque nos considera débiles e incompletos. Seamos dignos de su compasión y misericordia y luchemos a muerte contra el desarrollo que corrompe nuestro corazón tercermundista. Amen, (Digo eimen) amen, amen, amen como cualquier gobernante obsecuente de un país satelitoide. Amen. |