Entre palmeras,
entre sombras y ruido,
entre luces y silencios.

Marchitas flores
que antaño,
parecieron eternas.

Entre hojas secas...

mujeres
con ridídulos sombreros,
cultivando
inverves alevosías
de fracaso y reencuentro.

Entre hojas secas...

Hombres
con estúpido semblante,
cautivando
mujeres ajenas,
en palacios de arena y sal.

Es un domingo cualquiera,
de cualquier estación del año.
Sentado en un banco
en un parque cualquiera,
fijando la mirada
en cualquier parte...

Veo pasar coches vacios,
porque nadie los conduce.

Y parejas dedicándose
sus últimas mentiras,
quemando los últimos
cartuchos caducados,
fundiéndose en un abrazo,
fingiéndose amados y amantes.

Entre hojas secas...

Un hombre
camina en su soledad,
y el sol más tempranero
golpea con desprecio su rostro,
como la soga que deguella
la última pieza de su corral,
la pluma destintada
que mancha
la última hoja de su diario.

Es un domingo cualquiera

Entre palmeras,
entre sombras y ruidos
luces y silencio.