Corrí por la casa, mi pelo al viento se elevaba mientras recorría cada rincón de aquel lugar mágico, tan grande, lleno de rincones. Salí al jardín y como en una jungla gigante descubrí el columpio de la infancia y pensar que sería mi mundo por los próximos 30 años.
Fuí al colegio en mi primer año, kinder. Mis llantos fueron tantos que la mirada azul de mi angel me dijo, no importa iràs el próximo año. Yo dichosa comía nueces, almendras por cientos, manzanas verdes con sal, los duraznos a medio terminar. El silencioso me acompañaba en todo, con esos ojos inmenzos azules como el cielo y protegidos por ese manto de pestañas que tanta envidia me daban, mi hermanito menor.
Entre perros, pollos, y hasta un caballo, sin miedo, como hermanos de vida, corriendo por ahí.
Crecí inmenza en el silencio, aprendì a observar, a sentarme y cerrar mis ojos y esperar el atardecer. Las mejillas simpre arreboladas, saltando y gozando. Mi madre me dió un amor tan inmenzo que no podìa separarme de ella. Oculta en la obscuridad, como fantasma, me escurría silenciosa bajo sus sábanas. Mi padre resongaba pero ella me protegía. Esta mujer valiente, dulce que nos hizo amar la madre tierra a la fuerza a veces, las bellezas de la naturaleza no debìan pasar inadvertidas, mira el cielo ximenita, mira el campo, sientes los pájaros al atardecer?.
Eres su segunda madre decía, yo tomaba muy en serio mi rol, el pequeño andresito, bajo mis cuidados pensaba yo, el menor, el regalón.
La suavidad de la piel como durazno tierno, la visión transparente, madre a todo dar. Una belleza de la época y si que lo era. Algunos no podían mirarla a los ojos, porque su belleza los cohibía decía el maestro aquel.
Mi padre y sus inventos lo revolucionaban el quehacer tranquilo de su entorno. Todo servía, todo se reconvertía en un monstruo útil, bajo su feróz inteligencia. El no miraba reconvertía todo. Crecí lejos de sus caricias, lejos de la ternura de un padre protector, pero sin embargo, hoy veo sus huellas en mi andar. Un hombre bueno, hombre cumplidor, dedicado y trabajador. Buenos ejemplos para el mundo de hoy.
La casa llena, estaban por todas partes, las visitas, llegaban a este lugar de mañana y algunos regresaban al dia siguiente, llenos de gritos, risas, luego de la oncesita, con queque tibio, huevos revueltos, esos de doble yema que tantas veces revolví, satisfechos y cansados, para devolvernos luego el silencio al fin.
La vida se construye en base a momentos, unos pequeños otros inmenzos, la casa donde habitas, encierra mundos, historias, y ecos.
HOy la casa está vacía, semi destruída, y parada frente al portón, en silencio, cierro los ojos y siento, los mismos sonidos, esos que no cambian, como los pájaros al atardecer, una mano me tira, mamá es tarde ya, regresemos a casa, a la nuestra, la de verdad. Como explicarle que entre estas ruinas, està mi pasado, mi vida real, la que construí en base a momentos, el pilar, los recuerdos que me tallaron y me hicieron la que soy. |