Luz y sombra se han alternado,
lentas horas me han trastornado,
sufrimiento y ardor no se han acabado,
aún siento en mi ser, el dolor tatuado.
Al escuchar su grito, trémulo, angustiado,
me estremezco por dentro como un tornado.
Quisiera correr para evitar lo dañado,
más es tarde, el infierno ha ganado.
Si pudiera ser dueño del tiempo pasado,
todo lo borraría, nada lo habría tocado;
más eso no es posible, aunque quisiera,
no soy un ser alado.
El compás impaciente del corazón aprisionado,
espera que llegue el gran día anhelado.
Seguiremos juntos el camino tantas veces soñado,
caminaremos unidos, de la mano, lado a lado.
Si a pesar de mis sueños y del camino trazado,
el destino truncara lo así planeado,
rápido como el rayo, me convertiré en ser alado,
así podré velar tu sueño, mi niño adorado.
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