Lleguè hace pocos dìas a conocer este personaje,adorable y con tantìsimos años vividos.
Buscando trabajo,leyendo dìas y dìas los periòdicos,(què agrandada),en esta ciudad sòlo existe uno.
Bien,se publicò un aviso buscando persona para cuidar un anciano.
Ya me habìa olvidado de este pedido,cuando recibì un llamado de una señora,se presentò como la hija de este señor.
Muy amablemente conversamos y concretamos la cita para el dìa siguiente,domingo.Debìa ir para ultimar algunos detalles y conocernos.
Ansiosa fui,ya que como cuidadora (hice en mi ciudad un curso para poder desempeñarme como tal)y èsta era mi primera experiencia.
Lleguè puntual,ya que soy por demàs jodida en la cuestiòn tiempo.
Conversando con una de sus hijas,explicàndome mi tarea,sueldo y demàs,vì aparecer por la sala un viejecito.Pequeño,fràgil,con su aspecto impecable,paso firme,y aparentemente muy callado.
Fuì presentada.Acà es como que se estilan los dos besos,asì fue su saludo.
Preguntò para què estaba yo ahì,respondièndole su hija,que era la persona que lo cuidarìa de ahì en màs.
Al dìa siguiente,comenzò mi tarea.Mi horario de 2 pm.a 8 am.Medio mucho tiempo no?
Pero el sueldo es bueno,estarìa sola con èl en su enorme casa.Por la mañana otra señora lo cuida.
Asì lleguè a conocer este bellìsimo personaje.
Goyo,91 años recièn cumplidos.
Menudo,con ese andar silencioso,y lleno de historias de vida,de una larguìsima vida.
Quedò viudo hace un par de años,perdiò a su compañera muy enferma.A partir de ahì quedò al cuidado de una de sus hijas.Viviendo con su nieto tambièn.
Pero como todas las cosas,a veces nos cansamos,otras nos aburrimos,y quizà por ahì llegamos a sentir deseos de estar libres,tener momentos para uno mismo,quizà èsto hizo que su hija buscara alguien para que lo atendiera de manera permanente.
Asì lleguè a esa casa,a compartir con ellos casi todas las horas del dìa y la noche.
Mi habitaciòn muy linda,me esperaba,pero vì al lado de la cama de Goyo,otra,asì es que propuse dormir en ella,ya que soy medio dura para sentir ruidos de noche,y debo estar atenta a sus movimientos.Màs o menos como cuidar un niño.Pero me parece que la responsabilidad tambièn es grande.
Llevo ya un tiempo no muy largo a su lado.Y quisiera de a poquito ir contando lo que vivo junto a el adorable Goyo...