Un día mi esposo apareció disfrazado de él.
Impuse el deber amarnos, de comprender la locura y la obsesión por estar a su lado; de regalarme su tiempo.
Le asigné el papel de guia.
Era mi esperanza, es más, aún lo es .
.
Su amor respondía a las interrogantes que conlleva pertenecer a esta especie animal:
-¿A dónde vamos?
-¿De dónde venimos?
-¿Por qué existo?
La respuesta siempre era la misma: Él, él y solo él

Ahora que me ha dejado ya no tengo a quien ofrecer mi amor, ni quien responda mis dudas .
Solo la locura y la obsesión que me produce el deseo de su presencia ha resistido a la debacle de saber que no soy su chica, su amada esposa, que hoy, ahora, él ama a otra mujer.

Conozco su alma . Si le ignoro me añora,si le llamo me repudia.

Le perdí un día. Fue el día que le perdone la primera traición. Pero también me perdí yo. Los años y la ignorancia de no recordar como era yo sin él hicieron el resto.

Juega con ventaja, él tiene experiencias anteriores a mi intromisión en su devenir.
Ahora dicen que tengo que inventarme una vida,que le olvide. En eso invierto todas las energías que tengo,en olvidarle, olvidar la vida con él, mi vida ,la única que recuerdo.

¿Quién me regala su pasado?Yo debo olvidar el mío.