Amargo trago de saliva me haces pasar,
Coraje y angustia para alimento del día,
Tu terquedad y mis faltos deseos de discutir,
Te propones seguir y pisotearme.

No tengo ganas de decir torcidas palabras,
Tu ironía provoca que con odio y rencor te mire,
Pero al final desahuciado y con corazón destrozado,
Te doy gracias por ser mi peor enemigo.

Triste existencia que hace el mejor de los retos,
Eres de los pocos que en mí piensa,
Haces del verbo asesino fugaz,
Sonrío a tu desprecio mientras de rodillas cae mi coraje.

Quieres de mí alma vacía,
Llenarla de clavos y gusanos hambrientos,
Me desgarren por dentro y se coman lo bueno,
Unas lágrimas para volverse un arma inmortal.

Mueca infernal con sonrisa filosa y menguante,
Ante todo te agradezco me haces ver parte inexplorada,
Sentimiento extraño pero tan arraigado,
Nunca dejar restregar lo que soy,
Por alguien que dice ser el mejor de mis aliados.