Hay veces que hacemos de una burbuja de jabón
una gran esfera de cristal, y decidimos vivir dentro de ella.
Las cosas son tan simples o tan rebuscadas
como las queramos ver.
Algunas veces construimos castillos
donde no hay cimientos
y cosechamos falsas alegrías
donde sembremos verdaderos sufrimientos
y después de todo esto nos quejamos y lloramos
mostramos desilusión ante el esperado fracaso
y nos preguntamos ¿por qué?
con la respuesta en las manos.
Nos levantamos y volvemos a creer
en hadas, príncipes y varitas mágicas
sin pensar que los escritores
acaban su cuento en un buen momento
pero que no es el final.
Terminan con una de estas esferas de cristal
o burbujas de jabón
sin contarnos lo que pasó cuando ésta
simplemente se reventó.

Pero yo ya no…
Hoy , yo puedo decir
sin temor a la duda
¡ya no creo en el amor!