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Inicio / Cuenteros Locales / Samisis / 12 horas de toma

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Eran las 10:00.
El tránsito en la sala comenzó desde temprano.
El cielo estaba nublado, pero corría un poco de viento, lo que hacía esperar que no lloviera.
-Nacha, ¿ya te bañaste? Ni me avisaste hueona- dijo Rocío recién despertando mientras Ignacia entraba en la habitación con el pelo húmedo
-¡Hasta que despertaste! Puta que saliste buena pal’ tuto- respondió Carla que se encontraba en la pieza.
-Ah, voy a bañarme- dijo Rocío mientras salía del saco de dormir.

A las 11:00 llegarían los alumnos de Arquitectura de la Universidad de Chile a hacer un mural. Alguien tiñó la campana, había asamblea, concurrió poca gente.
En las duchas aguardaban unas niñas esperando el turno para bañarse. Un chico asomó
-Ehhmm... vengo a dejar esto- entregó una polera a la primera chica que le tendió la mano y se marchó. Comenzó a lloviznar tenuemente, la radio hablaba del paro nacional que se había llamado para hoy y de las marchas convocadas por el frente patriótico Manuel Rodríguez y las consecuencias que esto traería.
Ignacia y Gabriela fueron a tomar desayuno. Rocío se bañaba. Carla y Julieta circulaban por algún lugar del liceo.
Cuando Rocío llegó a la sala, vestida, con su toalla húmeda en una mano y en la otra la mochila con ropa, encontró a Mariela y a Andrea allí y se saludaron.
- ¿Y tú? ¿Por qué no estái’ en la toma? Yo pensé que ibai’ a ser la primera, como siempre andai’ en los paros, ¿qué pasó?- dijo Rocío logrando de Mariela una sonrisa.
- Puta, es que mi papá no me deja. Si no creai’ que no le pedí’. Estai’ loca, pero no me dejó.- hizo un puchero- Que la cuestión- con el índice erguido hacía muecas mientras hablaba- y la cuestión. Me deja venir así po’, en la mañana, pero en la tarde y pa’ quedarme, nica.
- Pucha, que mala igual. Ya, voy a pintar- se despidió y salió de la habitación. En la sala quedó Carla, Andrea y Mariela. El televisor de la sala estaba encendido, la llovizna se había intensificado.

En el pasillo principal estaban todas las alumnas sentadas en el suelo. Bajo ellas, el suelo estaba empapelado completamente con diarios. Había pequeños grupos de vasos cada cierta distancia con esmalte al agua de tres variedades.
- ¡Usen blanco, negro y otro color!- un universitario, de pie, repetía incesantemente mientras las niñas decoraban sus tableros de madera. Era una propuesta instalada por los universitarios de la Universidad de Chile, ellos visitarían varios liceos municipales clásicos en toma. El objetivo era unir cada cuadro de madera, de modo de hacer un mural para no tener que pedir permiso a las municipalidades para pintar las paredes y armarlo en lugares públicos como símbolo del movimiento estudiantil. Luego se devolvería a quienes habían participado en las tomas y en la misma actividad.
Una alumna de cuatro medio dijo – Ahora sí que me va a dar pena pa’ la graduación- mientras muchas voces conversaban entre sí.
De fondo, música de Amelie, alumnas ensayaban su participación en el festival cultural que se esperaba para hoy.

Cuando acabaron de pintar las niñas de la toma, Mariela y Andrea se marcharon, las demás concurrieron al gimnasio, allí empezarían las actividades. Se presentó una esplendorosa bailarina de ballet y una simpática obra teatral de mimos. En ese momento se acercó una joven – Oye, necesito tres niñas para la puerta, vayan las que quieran, pero necesito tres – y se marchó.
Partieron Carolina, Ignacia, Julieta fueron a la puerta mientras Rocío, Gabriela y Carla salían a “machetear”. Para cuando había regresado la lluvia se había vuelto más vigorosa y golpeaba el suelo con dureza, empapando todo a su paso.

De almuerzo había tallarines con salsa de carne y ensalada de tomate. Jugo de uva o manzana y de postre: manzana cocida. En la cocina, las que preparaban desayuno, almuerzo y once eran alumnas mismas del liceo. Una comisión organizada de las comidas diarias.
Mientras comían una conversación surgió entre algunas compañeras de habitación.
- ¿De dónde erí’ Nacha?- preguntó Laura
- Estación central- respondió al momento mientras digería tomate
- ¿Y tú Gabriela?- inquirió nuevamente
- Estación Central Metro las Rejas
- ¿Cómo te llamai’ tú?- dijo Laura dirigiéndose a Rocío
- Maipú, a la chucha del mundo- hizo una pausa - ¿y tú?
- Las Condes, pero me apesta- Rocío suspiró- ¿Hai’ cachao’ los carretes? Es onda mi auto necesita revisión técnica y hueás
–Si son muy apestosos- dijo Ignacia negando con la cabeza con resignación
–Y se gastan la plata en puras hueás, por ejemplo- se acomodó- yo tengo una amiga que es como la más cuica, ¡hueón!, ¿sabí’ que hay entre las paredes de su casa?- hizo una pausa esperando una respuesta- ¡acuarios!, todos los peces muertos porque no piensan que no le pueden cambiar el agua – suspiró- no piensan que si cagó’ el motor, cagaron los peces- se hizo un rato el silencio a modo de reflexión, luego prosiguió- y tienen tanta plata que no saben en qué gastarla, compra cosas que ni siquiera ocupan, ¿sabí’ que hay en la sala estar de la casa de mi amiga? Un mini-bosque de bambú po’- se oyeron unas pequeñas risas
- Pero si cachai’ que el 60% de los ingresos del país se distribuyen para el 20% de la población, que es la más high, la más rica- suspiró- somos top ten, somos el 4º país con los ingresos peor distribuidos – alzó la voz y con ella el índice- ¡del mundo!, pa’ eso somos top ten po’ hueón – dijo Gabriela.
-Y pensar que hay familias –puso énfasis- recagándose- prosiguió- por un pedazo de pan pa’ cinco niños y gente así hueón- negó con la cabeza en signo de desaprobación- no puede ser- prosiguió- y esas viejas andan metidas todo el día en el mall comprando hueás que ni usan- dijo Rocío.
- Pero si todos los pendejos de dieciséis años tienen automóvil propio, qué más podía esperarse- dijo Carla con tono burlesco
- Mi amiga come todos los ías comida congelá’ porque su mamá no cocina po’ hueón, nunca – puso énfasis- ¡jamás en su vida han probado los garbanzos o los porotos!, ¡olvídate!, y no porque sea comida pa’ pobres, o sea aparte, lo que pasa es que no saben cocinar – dijo Laura e hizo una pausa- Y pa’ colmo la hueona en un liceo de monjas donde le cobran como doscientas lucas mensuales, como diez alumnas por sala y no sabe dividir – puso énfasis nuevamente- ¡es que no podís’ po’!- soltó una pequeña carcajada- me da risa, la hueona va en tercero medio, la Tati po’ quién más- suspiró
-Pero si son terrible hueones, mi tío es ingeniero eléctrico y una vez lo llamaron de una casa de Vitacura me parece, no sabían por qué estaban todas las luces apagadas, ¿sabí’ lo que había pasado? No se habían dado cuenta que ¡todas! las casas tienen un interruptor pa’ la corriente, ¿hai’ cachao que en cada casa hay como una cajita con una perilla?- prosiguió- bueno, ellos no se habían dado cuenta, mi tío subió la perilla, dio la luz y le pagaron quince lucas por eso- soltaron carcajadas

-Yo vivo como onda pa’ la periferia de Las Condes, con todos los flaites. Todavía me acuerdo cuando fue mi cumpleaños y yo estaba con mis amigos que son flaites igual po’ con cuea’ me regalaron un capri- rieron al unísono- y de pronto tocan la puerta, ¡la Tati llegó con una tele po’!- dijo Laura, hizo una pausa y prosiguió- Si pa’ las vacaciones me invitó pa’ Brasil, yo le dije: no hueona, te conozco hace tres meses po’, como tan barsa- rió- pero esa hueona- hizo una pausa- de Brasil me trajo una hamaca- rió nuevamente- ¡hueón yo vivo en departamento!, no tengo patio pa’ colgar esa hueá’- todas rieron mientras la observaban ávidas por seguir escuchándola
- Onda con la pata de la silla y la mesa – dijo Carolina y rieron al unísono
- Ya, vamos a dejar los paltos mejor hueonas- dijo Ignacia.
Y luego de que fueron a dejar los platos y los lavaron, volvieron a la puerta juntas para hacerse mutua compañía.

Carla y Carolina fueron a hacer cafés para las compañeras que se congelaban poco a poco en la intemperie. Volvieron con cafés en una bandeja.
- Oye, ¿hasta cuándo dura esto?- preguntó Carolina
- Mira, había dos teorías, una de que fuera el miércoles, o sea, pasado mañana y la otra decía el viernes, pero ninguna de las dos estaba completamente aceptadas, son propuestas, pero yo pienso que no nos podemos bajar por ahora, todavía no conseguimos mucho- respondió Gabriela.
-A ver, pero ¿qué se espera directamente de todo esto?- inquirió Carla
- Mira, están esperando ahora hacer una ley. Lo que pasa es que igual el gobierno con lo de la LOCE, como explicó la Presidenta del Centro de Alumnos, el Estado está esperando que nosotros, los alumnos, hagamos las propuestas para arreglar la ley, cuando deberían ellos proponernos a nosotros ideas para poder, onda, aceptar o rechazar la propuesta- dijo Gabriela- Lo que se espera es que cuando se termine, se presente, se apruebe y se aplique. Esto que se está como ley es una comisión que regule, revise las actividades en las que presentamos disconformidad
- Oye, yo opino, que igual eso está bien, pero con lo de los viajes diarios gratuitos, es casi imposible, el Estado no tiene tanta plata, están pidiendo mucho- hizo una pausa- el otro día íbamos en la micro, cuando veníamos de hacer el servicio comunitario en el hogar de niños y estábamos conversando de todo esto po’ y una universitaria se nos unió para igual aportar ideas –Rocío suspiró- por ejemplo el cobre
Gabriela la interrumpió- Oye, haciendo un análisis, conversaban el otro día de que el cobre no dejaba tanta plata tampoco, deja un tercio de toda la plata que se decía, o sea, estaban aumentando la plata al triple, así que igual no alcanza pa’ todo lo que piden- sonrió y bajó la cabeza, Rocío retomó
- Bueno, como decía, el cobre aparte de no dejar tanta plata, hueón, no podemos apoyarnos tanto en él. Es cierto, el dólar está en descenso- con el índice derecho apuntó al suelo- por eso sube el cobre- subió el índice izquierdo-
- Si todo lo maneja el dólar po’- interrumpió Ignacia, de ahí Rocío prosiguió
- Y sube porque Estados Unidos es un país tan estúpido que ama el metal y las armas. La causa es que igual el cobre en algún momento va a sufrir una crisis y va a pasar lo mismo que pasó con e salitre, vamos a cagar con la plata de nuevo- suspiró y sonrió- por eso no podemos fiarnos del cobre para costear algo así
- Lo que pasa es que dan informes de cosas y ni saben. Hablan por hablar, como lo hizo el ministro- dijo Carolina
- Oye Carolina, ¿Te quedai’ a dormir o vení’ de visita?- preguntó Rocío
- Vengo a quedarme, estaba desde antes, pero me fui por el fin de semana y ahora volví- sonrió

Se sirvieron café y anotaron en un cuaderno las salidas y entradas al establecimiento. Una niña se les acercó – Oye, ¿saben? Va a empezar la actividad cultural y na’ que ver que igual no estén porque hay apenas 30 alumnas en el liceo po’, además con dos o tres niñas en portería están de más, pero no es en mala- dijo la joven
– Ya, ¿quién se queda?- preguntó Rocío y se quedaron Carla y Gabriela.
En el gimnasio sólo se veían universitarios jugando voleibol, alumnas haciendo malabarismo y otros tanto alumnos fumando en la galería.
Luego se fueron a la sala hasta ser nuevamente convocadas a la actividad que se realizaría en el gimnasio, con bandas musicales.
Se presentaron grupos durante la tarde, que no causó interés en ninguna de las integrantes de la habitación.
Al reiterar el llamado, asistieron más alumnas, se presentó un grupo que hacía covers de: Cranberries y Aha y tenía canciones propias y otro grupo de funk.
Ignacia y Rocío fueron a buscar algo para saciar el hambre a la cocina porque era la hora de la once y luego se fueron a la sala.
Hacía frío afuera. Ignacia tenía los pantalones mojados en la parte inferior y arrastraba las zapatillas empapadas. Gabriela yacía inconsciente luego del turno de portería e Ignacia se había recostado a su lado sobre una colchoneta boca abajo.

La lluvia era incesante afuera mientras se fundía con las brisas meridionales.
La sala de clases, antes, era ahora el albergue de alumnas cansadas que rendidas caían sobre las improvisadas camas, consistentes en colchonetas cubiertas por sacos de dormir y algunas frazadas.
En las orillas de la habitación, mesas y sillas se aglutinaban unas sobre otras con toallas, abrigos, artículos de aseo, jarabes, comidas y una infinidad de otros elementos. Bajo las mesas: zapatos, bolsas y mochilas ocupaban gran parte del espacio, dejando entrever papeles de caramelos, chocolates, cartas y uno que otro guante impar. Los celulares se cargaban mientras se oía un reloj contando los segundos en otra habitación.
En el aire había un dejo de cansancio, pero también una llama que no se apagaba y que sabían, no iba a apagarse tan pronto.
Afuera, la lluvia no cesaba
Era la primera semana desde que el liceo había sido tomado por las alumnas luego de un paro estudiantil que no se sentía escuchado
- Paulita, hueona, ¡sácate las zapatillas que están mojadas, mierda!- musitó la única niña despierta en la sala tratando de no despertar a Gabriela
- Mmmm..
- Te vas a resfriar
En la pieza dormían aproximadamente doce personas, o quizá más, pero eran las 21:00 horas y sólo dos dormían.
Un alisar de pelo, una pelota de plástico, una botella de jugo, osos de peluche, plumeros, vasos, todo era un caos. Los sacos, unos sobre otros no parecían delimitar espacios, todo era ocupado por todas.

En el gimnasio el acto cultural proseguía con las bandas musicales, pero de a poco había comenzado a decaer. La puerta era abierta y cerrada constantemente, con un flojo de gente que no se detenía preguntando por gente, objetos y otros.
En la pizarra, un horario que sólo se respetó los primeros días decía:
Levantarse 06:45 AM
Desayuno 09:00 AM
Almuerzo 01:00 PM
Once 07:00 PM

Carolina abrió la puerta
- La Nacha, ¿qué bulto es?-
- Éste, ese otro es la Gaby- dijo Rocío.
La remecieron entre ambas
- Es que no puede tener el sueño tan pesado-
- Es que anoche no durmieron. Anoche del Lastarria dijeron que habían visto una tropa de veinte nazis pa’ acá y se quedaron en el techo esperándolos, no durmieron nada-
- Con razón. Afuera hay alguien, parece que es su papá o algo así-
La remecieron otra vez pero más fuerte- ¡Ya po’ despierta! Tu papá está afuera- dijo Carolina
- Ah ya- medio dormida se paró y caminó en dirección a la puerta, luego de un rato volvió por su celular y salió otra vez corriendo.
- Mañana nos vamos- dijo Camila entrando a la sala- Así que acostémonos temprano-
- Esta sala está apestosa, hueón- dijo Laura entrando con Daniela y se recostaron sobre el desastre de sacos encima de las colchonetas.
Rocío leía y Ana se cambiaba de ropa mientras ordenaba sus pertenencias.
A los pies del saco de Rocío, Camila se sentó
- Oye, ¿por qué se van mañana?- preguntó Rocío
- No es que onda, esta hueá ya como que no tiene mucho norte. Desde que empezaron a entrar minos, las minas se volvieron medias tontitas y ya los importa que esto se acabe, aparte las minas que entraron primero, onda las que se tomaron esta hueá se creen con más autoridad que las otras hueonas y esto se está poniendo mula, ya no es el mismo objetivo que en los paros
– Ah que lata- dijo Rocío y siguió leyendo
Al rato entró Ignacia. La gente seguía su curso. Ana se acostaba cuando Camila entró abruptamente, preguntando por un buzo
- ¿No hay nadie que me preste un buzo? Es que vamos pal’ Vía X de público, van a hablar unas minas del liceo por la toma. Ya po’ préstenme- cuando lo consiguió, salió corriendo.
El celular de paula comenzó a sonar
- ¿Aló?- contestó
Luego entró Carla y Carolina.
El suelo estaba lleno de tierra, el flexit, que era color crema, estaba café. La mayoría de las niñas se había acostado y se disponía a dormir.
- Oye, cagó la tele hueón- dijo Carla
- Entonces nos quedamos sin música también- dijo Rocío.
En ese momento Ignacia colgó.
- ¿Quién era?- dijo Rocío que estaba a su lado
- ¡Quiero tele, quiero tele!- dijo Carla
– ¡Déjate de huevear!, a esta le está afectando el síndrome de la toma- dijo Carolina
- ¿Vamos a buscar café?- preguntó Laura.
Muchas voces convergían en la pieza en cada rincón. Salieron Laura y Daniela
– ¿Cachai que era el papá de la Renata?
- ¿El papá de la Renata?- interfirió Rocío
– Si po’ y onda me dijo cómo estábamos, qué nos faltaba y la hueá po’- con su voz afónica hacía pequeñas pausas- y onda todo amoroso, mañana nos va a traer pan- carraspeó la garganta- porque onda yo le dije que estábamos bien pero que se estaba acabando el pan- hizo otra pausa- y fue como onda: ¿Con Nachita Abarca?, sí, ¿quién es?, tú hablas con el papá de la Renata Alameda. La gente es demasiado amorosa, hueona, por ejemplo el otro día – hablaba mientras se cambiaba de ropa- cuando nos quedamos en el techo, igual que ayer, era temprano po’ y una señora que venía del metro miró pa’ arriba y dijo: ¡traje pan para todos! Y nosotros todos felices, bravo y hueás, de verdad la gente es demasiado amorosa- su voz cansada de pronto parecía más agotada.

- Yo no podría tener un pololo en Conce, hueón, ella ama demasiado al mino- luego de entrar y acomodarse en una esquina de la pieza, Laura hablaba con Daniela
– Hueón, es pa’ puro cagarse- contestaba Daniela y se oían otros murmullos.

-Oye Nachita, ¿qué pasó anoche? Cuenta po’ no durmieron nada, ¿se quedaron en el techo?- preguntó Rocío metida en su saco de dormir y recostada sobre la colchoneta.
– Sí, eran terrible tela los hueones, eran universitarios. Ahí conversamos toda la noche hueón- hizo una pausa- nunca vinieron nazis pero igual lo pasamos bakán- y se acostó al momento con Rocío.
-No hueona, yo, en serio, quiero tener un hijo hombre, un broca cochi- decía Laura, Daniela respondía –Un pendejo
– Puta pero vo’ ya teni’ varios- y rompieron en una risa
– Puta que somos ordinarias- hicieron una pausa
– No, en serio quiero tener un niño
– Ah, vai a ser la típica vieja onda: no me dejí’, esa mina no te merece. Pa’ que no se vaya el culiao’
- ¿Y si me sale fleto?
– Ah, onda, mamá, él es el Matías, mi pareja- se acercó las manos a la boca, se mordió las uñas y guiñó un ojo
- ¡No hueona, es que se lo corto!- volvieron a reír
– Ya, pero no, yo cacho que lo voy a apoyar igual
– Oye, capaz que seamos minas típicas de pobla, teñía rubia con las raíces negras
– ¡Y con diez cabros chicos!
– El Brayatan Jesús, el Kevin Andrés, el Bayron y la hueá – volvieron a reír, mientras afuera la lluvia había desaparecido abruptamente.
– O la Marjorie, la Michelle Yessenia, puta hueón, ¡le saco la cresta a mi mamá!- reían incontrolables
– No, y es como onda: ¡Puta cabro culiao’, déjate de engrupirte a la mina, partiste a trabajar hueón, trabaja!- suspiró- si tengo una vida así prefiero que me maten
– Ah, la hueona- se paró y salió al baño

Afuera se oía reggaeton despacio y cuando Laura volvió, lo hizo con una taza con café en la mano. Había pasado a la cocina, que era el lugar más socorrido por la comisión de alimentación de universitarios y los colegios particulares.
Había alimentos de todo tipo, desde frutas hasta galletas, arroz, puré en caja para preparar, etcétera. Con una gran torre de loza sucia sobre la mesa y en el lavamanos.

Daniela y Laura continuaron conversando
- Puta, quiero fumar- dijo Laura sacando de su bolso un cigarro
– Así nunca vai’ a dejar el pucho, suéltalo- y se lo arrebató de las manos
– ¡Ah, mierda!, hoy es el 05 del 06 del 06, ¡hueona, Mañana es el fin del mundo!
Daniela estalló en risas- Puta que soy hueona, cómo creí’ esas cagás
– Oye, puta, si la Virgen de Fátima nos cagó a todos, ella dijo, hueona, puta se acaba el mundo pa’ las vírgenes y pa’ los pobres
– Puta que soy hueona, ¡yo sigo viva!- y rieron de nuevo
– Cachai’ que yo antes siempre le rezaba todos los días a dios y ahora na’ pos’
– Te hai’ vuelto terrible ingrata
– Ya, voy a rezar. Padre Nuestro, que estás en los cielos- y de ahí en adelante se oyeron sólo murmullos-
- Ya, ¿sabís’ qué? Mejor durmamos mejor – dijo Daniela
Cerraron los ojos, un celular comenzó a vibrar y luego se detuvo. Se oyeron murmullos. Afuera la música cambió de reggaeton a Bon Jovi y se volvió intermitente.
El reloj marcó entonces las 10:00horas.

Texto agregado el 12-06-2006, y leído por 297 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
12-02-2007 Un retrato de momentos intensos, una experiencia inolvidable para quienes la vivieron. Creo que el lenguaje hablado que utilizas le da un toque de autenticidad único. loretopaz
14-09-2006 La toma de los pungüis por dentro. Pequeñas grandes postales de un gran instante, con mucha honestidad... venicio
26-08-2006 Increible. nada yo vivi eso pero en mi colegio fue increible. 5* gonzalow
28-06-2006 En muchos parajes me hiciste reir y acordarme de mi juventud; aprovéchala que pasa rápido, me encantó tu relato porque es muy chileno***** impresa
14-06-2006 haciendo historia linda niña... esas 12 horas de toma, de seguro que fueron mas enriquecedoras que muchas horas de aula.. te felicito.. un beso trotamundos
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