Vamos a hacer esta tarde una poesía.
Unas rimas en honor de lo que fue.
Todo aquello que antes iluminó mis días
Pero de lo que hoy sólo queda un tal vez.
¿A dónde te fuiste demonio de mi alma?
Vendaste mis ojos al tejer una red,
Ya no te encuentro en el fondo de mi cama
Hoy me sofoco al no poder calmar la sed.
Dueño de otro rostro hace tiempo veniste,
Tus tibios abrazos domaron mis hielos,
Con tiernas miradas endulzarme supiste
Al tiempo vencimos sólo mirando al cielo.
¿Por qué quisiste abandonar ese cuerpo?
Si ya era tan mío, incluso su aliento
Inerte, sin vida, sus ojos sin fuego
No pude evitar escapar con el viento
Nunca sabrá, demonio, que te alojaba
Ni que eras tú el que en sus ojos se asomaba
¿Cómo entender si fue víctima del juego?
Si igual que llegué, desaparecí luego.
Ahora, en nuevo intento te acercas a mi
Y con ojos negros me pides mis manos,
Tan fuerte el hechizo desnuda mis labios,
Lo sabes, jamás podré luchar contra ti.
Te llamas amor, demonio, que me acechas
Cambiando de cara pretendes engañar
Pues sabes que siempre buscaré la brecha
Dónde me libere, y la pasión desatar. |