Destruí cuanto sentimiento albergué... arrinconé todos los momentos que recordé...
Corrí, tropecé, y volví a correr.
Miré atrás: llamas en el cielo. El sol escapaba tras los cerros e incendiaba las nubes que cubrían el firmamento.
Seguí corriendo...
También me incendiaba yo por dentro.
Texto agregado el 08-06-2006, y leído por 284
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Lectores Opinan
28-09-2006
Excelente metàfora llena de imàgenes visuales. doctora