El sol hacia brillos de inocente calor sobre las copas de los arboles, esa mañana habia ya mucha gente en el parque. Los padres aprovechando el primer dia del fin de semana largo, jugueteaban por aqui y alla con sus hijos, ancianos paseaban respirando el aire ya tibio de la mañana y el cielo se llenava de aves y pelotas de futbol, playa y las que elevavan las paletas. Los vendedores de helados, algodones y globos comenzaban sus recorridos por los senderos. Unos preferian la sombra placida de los añosos alamos, algunos la quietud soleada de los prados y otros ya encaminaban los pasos sendero abajo hacia el ancho rio, de espumosa sonrisa, que por sus orillas refrescaba con la brisa de las aguas golpeando mil piedras. Era un regalo estar a su orilla mas tarde, cuando el sol ya callera encima de las cabezas.
Y de inproviso unos niños sobre una de las suaves lomas llenas de columpios y resfalines, gritaron y corrieron a saludar a un personaje que bailaba en un prado. De un metro y algo mas, muy poco mas,un oso, si un oso, bailaba dando circulos y saltando de vez en vez. Trataba de juntar sus diminutas patas regordetas en un salto divertido, pero muy pocas veces lo lograba, causando la risa general de los niños, los globos que llevava en su meno derecha chocaban entre si y mil colores hacian desorvitar los ojos de los mas pequeños.
Los padres miraban sonrientes aquel show, agrdecidos de la entrencion para sus hijos, talvez la publicida de algun circo, o hasta de un nuevo caramelo, lo inportante era que sus chicos se divirtieran y le permitia a ellosdescanzar sus mentes con el marco hermoso del parque en la mañana. El torpe osito repartio los globos a los mas de veinte niños a su alrededor, los mas suspicaces rieron al ver el brillo del cierre en la espalda del peluche con vida, su cara sonriente y sus orejas grandes hacian divertirse solo al mirarlo. Una vez repartidos todos los globos comenzo a dar volteretas sobre el pasto invitando a los niños a que hicieran lo mismo, muchos lo imitaron carcajeandose, los mas pequeños que no podian hacerlo tan rapido, se quedaban tirados sobre el cesped riendo y aplaudiendo las volteretas inperfectas de sus amigos. Muchos globos volaron hasta el cielo, llenando el paisaje de colores brillosos. Depronto el osito color cafe saco de un bolsillo que los niños aun no habian visto, un gran puñado de dulces que comenzo a lanzar por el aire creando un gran griterio de felicidad. Luego corrio por los prados y los chicos tras el, ahogandose de la risa al tratar de agarrar los caramelos que el osito lanzaba cada sierto trecho, y mas globos volaron por sobre los prados y sendero abajo donde todos siguieron riendo, gritando y atrapando dulces que parecian caer del cielo, sus caras rojas se fueron mojando con la brisa del rio y en una curva donde el senderillo sese elevava dos metros sobre el caudal espumoso, donde aquella mañana los rayos del sol creaban arcoiris aqui y alla, en las mil piedras repartidas en la corriente, el osito se detuvo, hizo un par de piruetas torpes que causaron mas risas, metio su mano en el bolsillo y saco mas dulces brillantes que atrajeron todas las miradas. Se agacho entonces y coloco el monton sobre aquel pedacito de pasto y comenzo a aplaudir y saltar como un loquito, los niños corrieron felices a recoger tan magnifico tesoro y agachados ahi, en un circulo de risas y cabezitas pequeñas sintieron un fuerte golpe que los enpujo hasta el desfiladero, varios calleron de una vez al correntoso rio y desaparecieron rapido en sus bravas aguas, los que quedaron atonitos, contemplaron pasmados como el osito los agarraba con fuerza y los lanzaba hasta el rio, ninguno escapo. Por el sendero que se perdia en un valle profundo de malezas y zarzamoras corrio el osito dejando estelas del brillo de su cierre tocado por los rayos del sol, un puñado de caramelos quedo ahi tirado y muchos padres jamas olvidarian ese primer dia del fin de semana largo, en aquel parque, una hermosa mañana de verano.

FIN