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ESTE RELATO ES FICTICIO.

Por aquel entonces era una simple chiquilla de 18 años, ansiosa por comerme el mundo, sacar adelante mis estudios, hacer una carrera y tener un novio guapo y que me quisiera. Los sueños de una chica normal y corriente. Terminaba el curso y todas en clase estábamos ansiosas porque llegará la fiesta de fin de curso, ese era nuestro último año en el instituto, joder, como pasa el tiempo, parece que fuera ayer cuando comenzamos... En el descanso estábamos las de siempre, Rosa, Lydia, Alicia y yo. Como siempre comimos algo y nos fumamos nuestro pitillo, nunca faltaba, era como un ritual. Comentábamos la ropa que nos íbamos a poner el día de la juerga, donde íbamos a cenar,... planeamos una noche perfecta. Rosa, un año mayor que nosotras y que estaba repitiendo curso, sabía mucho acerca de como pasárselo "bien" en una fiesta de esas características.
-Bien chicas- comenzó- ¿Queréis que esta sea vuestra mejor fiesta, no? La fiesta de vuestra vida...- todas asentimos como si lo que nos estuviera preguntando fuera una estupidez, pero... -Entonces os propondré algo. Conozco a alguien de confianza, ¿entendéis lo que os quiero decir verdad?- Claro que lo entendíamos, no éramos unas crías... -Bien, yo esa noche puedo conseguir lo que queramos para que sea totalmente inolvidable, ¿aceptáis o os vais a rajar?-
Maldita la hora en que nos decidimos a hacerle caso a Rosa, maldita...
Y llegó ese día, todas estábamos guapísimas, dispuestas a ir a por todas y probar algo que nunca habíamos probado, speed... Cenamos y tras beber y calentar un poco el ambiente nos fuimos a un baño... Típica situación de anuncio de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción: cuatro chicas, una experta y tres novatas con muchas ganas de hacer el gilipollas... Rosa lo preparó todo, allí encima, en el baño. Comenzó ella, la fila que se metió fue impresionante, toda una experta...
-Bueno, ¿quién es la valiente que piensa seguir a Alicia al País de las Maravillas?-
Su pícara sonrisa solo pareció convencerme a mí, no sé si fueron las ganas o mi poco conocimiento, pero yo fui la primera... y claro, también la última, Lydia y Alicia se lo pensaron mejor y decidieron no hacerlo, -¡¡Más para nosotras!!- rió Rosa.
Alicia y Lydia salieron del baño, prometiendo primero no irse de la lengua.
Allí me encontraba yo, junto a Rosa, tres rayas de esa maravillosa sustancia y un rulo de 20 euros en la mano... No sé porque lo hice, pero como si lo llevara haciendo años, esnifé primero una y luego otra, dejándole la tercera a Rosa. Al principio no noté nada, pero luego vi como poco a poco mi pulso comenzó a acelerarse y me asusté - Tranquila, es normal, peor que puedes hacer es comenzar a rayarte, porque entonces te dará algo...- Rosa me tranquilizó. Mis sentidos comenzaron a volar, bailaba sin parar, nadie podía pararme, toda la noche igual, periódicamente Rosa y yo hacíamos una visita al baño. No podía creerlo, la mejor noche de mi vida y no estaba cansada, seguiría así días y días y nunca me cansaría

Menuda noche aquella... Cada vez que la recuerdo un escalofrío me recorre la espalda... Conocí a un montón de gente, me lo pase de puta madre... Pero al día siguiente no valía una mierda, no dormí nada "teletecho" me decía Rosa... puff! Estaba destrozada, no me había sentido tan mal nunca. Pero eso no me sirvió para que se me fueran las ganas, todo lo contrario, estaba deseando que llegara el sábado para poder quedar con Rosa y volver a lo mismo. Desde aquel momento Rosa y yo nos hicimos inseparables, las mejores amigas; me lo pasaba en grande con ella y el material que conseguía era buenísimo. Pasaron los meses y un año y medio aproximadamente después de aquella noche, toda la mierda que traía Rosa me sabía a poco. Ya no me metía medio gramo de speed cuando salía, no, me trincaba uno entero yo sola e incluso más, era insaciable. Le comente mi "problemilla" a Rosa y me dijo:
-A mí también me pasa lo mismo... si quieres puedo pedir algo mejor- yo le respondí que sí sin pensármelo dos veces, esperando ansiosa que llegara el fin de semana.
La semana se me hizo eterna, estaba alterada, nerviosa, tenía un mono impresionante. Nacho, uno de los camellos de Rosa, era un chaval un par de años mayor que yo que estaba todos los días en la puerta del instituto para poder trapichear con alguien. Era un chico majísimo, que además era muy guapo y estaba bastante bueno, lo malo es que creo que tenía algo más con Rosa, pero mi problema ahora no era ese, ya lo solucionaría. Lo vi y no aguanté más:
-Nacho, tío, ¿llevas?- Me miró asustado, parecía que había visto un fantasma, pero enseguida me sonrió y me dijo
-Claro que llevo, cariño, para ti siempre, ya lo sabes, ¿cuánto quieres?-
-No sé, dame para pasar esta semana hasta que Rosa me pase algo más fuerte el sábado, que no me aguanto más.-
-Vale, toma, creo que con esto te sobrará para pasar estos días-
Saqué la cartera para pagarle, pero puso su mano en ella y dijo:
-No, no, ya me lo pagarás en otro momento y de otra forma- me miró y me guiñó un ojo... No sé que le pasaba, pero ya me emparanoyaria con ese tema en otro momento, necesitaba una fila...
Pasó la semana y yo seguía pensando en la actitud de Nacho... El gramo voló a los cuatro días, pero como era viernes por la noche ya y había quedado con Rosa... Bar Conmad, siempre quedabamos allí...
-Ya lo tengo- dijo Rosa -Es mucho mejor que el speed y por lo tanto bastante más caro, es coca.
-Vale, ya sabes que el dinero no es problema" saqué 30€ de la cartera y se los dí "Con esto te corresponde medio gramo, ya lo sabes, nos vemos Ángela.
-Ok, yo me quedaré un poco por aquí, mañana te llamo-
Cocaína...
Sábado por la noche, que noche. Fiestón de los buenos, música de la mejor, tíos impresionantes, ciego de impresión... La farlopa es mucho mejor, DIOS!!!
-Ángela, voy al baño a echarme la última, ¿vienes?
-No tía, yo ya me lo he terminado y no te quiero quitar la última.
Mientras Rosa se iba, vi como se le acercó Nacho y le dio un beso... No había nada que hacer, estaban juntos... Me fui a la barra a beber algo, no sé, no me quería rayar, después de ver eso noté que Nacho me empezaba a molar bastante...-
Un whisky bien cargado, por favor...
-Que sean dos y no se lo cobre a la señorita-me giré, era él:
-Hola preciosa, ¿qué tal va la noche?
-Mortal, me lo estoy pasando genial, por cierto, una pregunta indiscreta... ¿Estas con Rosa?
Nacho se rió, no creo que hubiese contado ningún chiste...
-Que va, ¿lo dices por ese beso? Tranquila, para ninguno de los dos significa mucho más que un beso en la mejilla- No sabía si creerle...-Por cierto, te acuerdas que me debes algo, ¿verdad?
El corazón empezó a latir más deprisa todavía, se me iba a salir por la boca:
-Sss...si...claro, yo...- no me dejo acabar de hablar, se lanzó a mi boca como un loco. Estaba peor que yo, los dos íbamos demasiado puestos, el no me soltaría y yo no me dejaría soltar... Me sacó a la calle y nos fuimos a su coche...
Allí me ofreció algo
-¿Quieres?- me enseñó una pastilla, la cogí sin reparo y me la tragué sin pensármelo, aunque después me arrepentí, tengo que admitirlo...
La noche fue perfecta, empecé a salir con el tío que me molaba, mi mejor amiga Rosa, que no la vi en lo que quedó de noche me llamó al día siguiente
-Ya me ha contado Nacho, que perra eres tía, jajajajaja! no, en serio, me alegro, lo tenías bastante colado.
Para rematarla esa mañana me desperté en casa de Nacho, totalmente desnuda y abrazada a él... HABÍA DORMIDO!! En la mesilla de noche había restos de lo que nos metimos antes de lo que pasó. La coca era lo mejor...

Pasó el tiempo. Mi vida era "perfecta". Recién cumplidos los 20 años, empecé a pensar sobre mi vida. Mis padres, no he hablado de ellos antes, pasaban de mí, sabían en lo que estaba metida y no soltaban prenda. Los odiaba. Mi padre no me hablaba desde haces meses y mi madre vive disgustada y deprimida, pero a mí me da igual, ellos no lo entienden, son personas mayores y no saben lo que es vivir joven en la actualidad. No me daban ni un duro para que no consiguiera mierda, pero yo conseguía quitarles dinero de las carteras para poder abastecerme. Se dieron cuenta del pastel, porque no les quitaba poco dinero, sino todo lo que llevaban en la cartera y a partir de entonces las escondían, las llevaban siempre encima o cuando llegaban a casa sacaban todo el dinero y lo metían en una caja fuerte. Yo seguía necesitando ese dinero... Comencé a vender cosas mías: relojes, anillos, collares... cosas de valor que vendía para poder seguir comprando mierda. Me quedé sin nada. Fue entonces cuando empecé a vender cosas de mis padres, hasta que desesperados me dieron un poco de dinero y me echaron de casa. Tenía 20 años y estaba en la calle, sin un duro. Me daba igual, me fui al piso de Nacho, donde vivía de ocupa...
La situación se comenzó a torcer, necesitábamos dinero, no solo para la coca, sino también para vivir, no trabajábamos ninguno de los dos. Una noche comencé a pensar... ¿qué ha pasado con mi vida?¿En que me he convertido? Todos mis sueños se habían derrumbado, no era una persona cuerda, cada vez estaba más desesperada,... Con respecto a mi físico me deterioré muchísimo, estaba extremadamente delgada y mi la piel de mi cara parecía que estaba pegada al cráneo, no tenía carne entre ambos, perdí mucho pelo, estaba horrible,... Pero no me importó, sabía que Nacho me quería igual y me lo demostraba cada día.
Estábamos desesperados, Nacho intentaba vender todo lo que podía para que pudiéramos vivir y dejarnos algo para nosotros. Yo no podía vivir sin meterme, era rutinario, como aquel cigarro que fumábamos cuando éramos unas crías que no sabíamos nada, maldita proposición de Rosa, que hablando de ella, hace meses que no la veo, seguro que querrá olvidarse de mí, ella consiguió dejarlo. Intentó ayudarme pero yo no la escuché y la mandé a la mierda. Joder, ¿qué coño había hecho?

Estaba sola, solo tenía a Nacho, pero no por mucho tiempo... Ocurrió algo inesperado, me quedé embarazada. Nacho me dijo:
-Lo siento nena, esto es superior a mí, no puedo, lo siento.
Hijo de puta... Me abandonó, ahora mi situación era peor, ahora estaba más sola todavía, pobre, enganchada a algo que ya no me calmaba mis ansias, necesitaba algo más fuerte, más duro,... y para colmo, embarazada.
Pasaron los meses y me puse de parto en mitad de la calle. Me desmayé debido a mi debilidad y lo único que recuerdo de ese día fue despertarme en la cama de un hospital, limpia, cómoda y con una preciosa personita a mi lado. Mi niña, era una preciosidad, pero yo no la podía mantener, así que decidí pedirle a mis padres que se la quedaran.
En realidad no se lo pedí, la dejé en la puerta de casa con una nota: "Papá, mamá, esta es Sara, mi hija, os pido por favor que la cuidéis, sé que vosotros le daréis mejor vida que yo. Os quiere, Ángela" Creo que ponía algo así, la verdad es que no lo recuerdo bien... en realidad ya no me acuerdo ni de la cara de mi hija...

Ya no sabía que hacer. Lo había perdido todo, no tenía nada, no tenía a nadie, solo tenía un mono impresionante. La coca y las pastillas no me calmaban… Pasaron los meses, seguro que Sara ya sabía andar, simplemente dar pasitos y chapurrear algo que nunca me diría…”Mamá”. Dios, que puta vida, necesitaba algo más fuerte! Sabía que solo me quedaba una cosa… pincharme… solo el caballo me calmaría… pero no tenía ni un puto duro… Solo tenía una alternativa, venderme. Todas las noches follaba con algún viejo verde y baboso por unos papeles. Cuando tenía el dinero suficiente me pasaba por los barrios más bajos y me conseguían heroína y unas jeringuillas.
Joder, esa sensación era maravillosa… Volaba cual águila en un cielo sin fin, es como bucear sin necesitar sacar la cabeza para poder respirar, atravesando un océano infinito y de un color azul profundo. Cada vez que me pinchaba estaba en éxtasis, placenteros escalofríos cabalgaban sobre mi escuálido ser… Como bien decía Ewan McGregor en la película “Transpoting”… un pinchazo de heroína es como coger tu mejor orgasmo y multiplicarlo por mil y solo sentirás una milésima parte de lo que el caballo te hace sentir… No sé si es cierto, pero eso para mí era… era… puff!!

Mi asqueroso vicio y la prostitución iban acabando conmigo. Casi tenía 22 años cuando estaba en la calle buscando algo de clientela… Y entonces lo vi, era él, ese maldito hijo de puta que hacía un año y poco me había dejado por ser un cobarde. Nacho me vio, pero no me reconoció, estaba tan transformada que no me reconoció… Se acercó:
-Hola preciosa, seguro que buscas algo de curro para ganarte unas pelillas ¿eh?
-Claro, ¿qué quieres?
-Lo que me des…
Su mirada me atravesó como un cuchillo, era un putero, se gastaba el dinero que cuando estábamos juntos fingía no tener… cabrón…
Llegamos a un motel de mala muerte, lo que su bolsillo le permitió pagar… Ya no sentía nada, estaba muerta… Fingía que me ponía a cien, pero era solo teatro. Había cambiado, era un cerdo, no quería usar condón y para colmo se corrió encima de mí… Pero yo no podía decir nada, necesitaba su dinero… De pronto note como me echó las manos al cuello y comenzaba a apretar:
-Maldita zorra, a ver si te crees con derecho a engañarme asquerosa- mierda me había reconocido- Que te crees ¿qué no te he reconocido? En cuanto te he visto en la calle, por eso me he acercado a ti, para tener sexo gratis, jajaja!

Lo intenté apartar de mí, no podía, estaba demasiado débil, pero ese cabrón no me volvería a joder, o quizás si…
Comenzó a pegarme, yo empecé a gritar y a llorar, pero no acudía nadie, esas situaciones eran normales en estos barrios, no pude hacer nada. Me pegó semejante paliza que caí medio muerta, para “ponerme las pilas” como dijo él, me pinchó con una jeringuilla que él había usado antes y me metió un chute… Yo ya no sabía donde estaba, dejé de gritar, de llorar, mis fuerzas se desvanecían conforme la sangre salía por mi nariz… Me violó, una y otra vez, hasta que se cansó…

No recuerdo más de esa noche, tampoco deseo recordarlo.
Me levanté como pude de allí y me fui corriendo desnuda por la calle. Estaba exhausta, no tenía fuerzas, me estaba muriendo…
Estuve tirada en un portal varias horas, hasta que unos vecinos me vieron y llamaron a una ambulancia. De nuevo me encontraba en un hospital, pero ahora sin la reconfortante presencia de Sara…
Estuve ingresada varios meses, me hicieron muchas pruebas y descubrieron que tenía SIDA. Estaba destrozada, vi como mi vida iba desmoronándose como un castillo de naipes con un suave soplido, estaba débil, solo quería dormir… En el hospital no tenía mono, al estar totalmente sedada no notaba que mi cuerpo me pedía a gritos más de aquella maravillosa sustancia que meses antes me había hecho volar.

Ahora mi vida a cambiado radicalmente. Estoy interna en un hospital psiquiátrico con un tratamiento para poder dejar las drogas. Me estoy muriendo, pero lucho por recuperarme y pasar mis últimos días junto a Sara y mis padres. Me hacen visitas una vez a la semana. Sara es preciosa, parece una pequeña muñeca, mi padre dice que se parece a mí… Ya dice mamá, el día que me lo dijo rompí a llorar como una niña pequeña que se había caído. Soy la mujer más feliz del mundo. Los médicos dicen que pronto estaré fuera y que podré hacer una vida casi normal, claro que con mi enfermedad ya no puedo hacer una vida como la de cualquier persona.
Sé que puede sonar a tópico, pero nunca entréis en ese mundo. Disfrutas, vives, pero a la vez te consume más y más deprisa, siendo ella la que vive tu vida. Yo no me di cuenta hasta que no estuve al borde de la muerte, por eso quiero advertir a todo el mundo que no empiece, y si ya han empezado, que lo intenten dejar, que lo intenten con todas sus fuerzas, ya que la vida merece la pena cuando una está dentro de su cuerpo y no fuera…
He dejado escrito mi relato a modo de diario, porque era la mejor forma de hacerlo, todavía estoy aquí interna y los médicos me han dicho que la decisión de escribir mi historia es un paso más hacia la recuperación frente a mi adicción… Espero que os haya concienciado, yo ahora voy a intentar vivir mis últimos meses, quizás un año, con mi hija y mi familia, vivir aquello que esa maldita y bendita sustancia me había robado…

Texto agregado el 08-06-2006, y leído por 4235 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
09-06-2006 Vine por recomendación de un amigo...ahora lo entiendo, a él agradezco y avos, te felicito por atreverte a escribir de tal forma. Sin formas ni estructuras, sólo con un grandísimo contenido. Antioquia
08-06-2006 Vine a leerte a recomendación de un amigo y como lo predijo no me arrepiento de hacerlo. Me resulta doloroso por que nadie merece pasar por algo así, leerte ha sido como vivirlo y ha dolido. Agradezco que compartas tu historia, espero como tu, que esto sirva para evitarle a los demas que pasen por lo que tú. Te dejo un cielo plagado de estrellas, muchas sonrisas y abrazos. Que Dios te bendiga. Mayté VACYA
08-06-2006 Leerte ha supuesto recorrer contigo un camino a los verdaderos infiernos. Ha sido evocar que yo estuve caminado meses al borde de el mismo precipicio, y solo cuando llegó el día de la heroína, el fatal día del caballo, yo y un primo mío tomamos la decisión acertada: la misma de Lydia y Alicia y la que nos salvó y devolvió a la vida. Nunca he dejado de felicitarme por aquello, ya que otros amigos no lo hicieron y alguno de ellos murió. Otros salieron adelante tras un costoso proceso que les supuso perder todas las amistades. Gracias por tu sinceridad. Yo viví junto a ese mundo y sé lo que es contemplar como un supuesto amigo se consume con los ojos en blanco mientras manteniendo una jeringuilla hincada a su brazo... Lo sé... Por desgracia demasiado bien. Ahora disfruta amiga disfruta. Ha llegado el tiempo de aprovechar esos meses ¡que de seguro! se volverán años, te lo aseguro. Te deseo toda la fortuna de corazón!! Con toda mi admiración por tu valentía!! José. josef
08-06-2006 Desgarrador y valiente relato. Todo un regalo para la humanidad. Todos debemos difundir esta historia. Te felicito y te deseo lo mejor. peco
08-06-2006 Cómo hubiese deseado que alguien antes que tú hubiera escrito esto, y que tú lo hubieses podido leer a los 18 años. Estoy segura que otra habría sido tu historia. Estoy segura que esta historia tuya que ahora compartes con todos nosotros, ha de de llegar a la persona precisa, en el momento preciso. Y será gracias a tí, y a través de tu historia tan desgarradora que podrás salvar alguna vida de caer en ese pozo oscuro que es el mundo de las drogas. Gracias por compartir tu historia,y que Dios te Bendiga. galabriela
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