¿Como se produce el suicidio de un poeta? ¿Son sus letras las que, a una orden imperceptible del vate, se dirigen sigilosas al abismo y se despeñan como una locomotora ciega atada a una hilera de palabras desesperanzadas? ¿O son los versos los que se traicionan unos a otros, se dan las espaldas y se asesinan con saña? ¿Son los acentos los que se transforman en filosos puñales que se hunden en el apasionado corazón del sustantivo, o son los paréntesis que, cual impíos carceleros, apresan y encarcelan al verbo hasta que este fallece de pena e inanición?

¿Cómo se autoelimina un poeta? ¿Se niega a darle salida al producto de su imaginación hasta que sus imágenes lo van atorando y cuando la presión es insoportable, el contenido estalla, descuartizando al artista, que después yace informe entre cuajarones de palabras? ¿Permite que el más incendiario de sus poemas se enrolle en su cuello y lo estrangule como una gigantesca boa gramatical?

¿Muere la obra del poeta fallecido o repta eternamente por los subterráneos ciegos del silencio? ¿Muere finalmente el poeta o es rescatado por el influjo de su creación? ¿Existe el vate realmente o son las palabras las que se amoldan a un cuerpo cualquiera, buscando una mano que las eternice? Toda la obra del artista ¿no se trastroca en simple epitafio cuando este fallece?

¿Mueren realmente los poetas o son las palabras las que se autoinmolan para transformarse en polvo y hueso, imitación deformada de un ser que acaso nunca existió?