En ese momento en lo único que pensaba era en lo que había sucedido…
Todo empezó una tarde de lluvia, se encontraba solo, bueno en verdad no estaba tan solo; lo acompañaban unos libros, sus ideas y un gato viejo que alguna vez perteneció a su padre; en esta ocasión decidió romper esa burbuja de cristal en la que se encerraba así mismo, empezó por salir de su casa; esa casa vieja, pequeña, llena de grietas, con una puerta de madera la cual solo le impedía abrirse de par en par un enorme candado oxidado; salió y caminó por largo rato, recorriendo las calles de aquel pueblo, caminó hasta llegar a la plaza central, se sentó en la primera banca que vio, observaba a su alrededor y todo era lúgubre todo era triste. Hasta que observo a lo lejos una figura pequeña, esbelta que se acercaba a él con pasos cortos, ya el panorama no era lúgubre, se tornaba mas y mas alegre a medida que ella se acercaba, él la observaba detalladamente, observaba su forma de caminar, el brillo que le daba a aquel lugar, observaba como a cada paso las flores que antes parecían marchitas empezaban a abrirse, como el silencio se rompía por un pequeño instante mientras escuchaba sus pasos en el piso húmedo; entre mas cerca se encontraba de él, mas fuerte se sentía el palpitar de sus corazones, los cuales al unísono entonaban una pequeña sinfonía con sus latidos que se hacia cada vez mas y mas fuerte a medida que ella se acercaba; no sabe como, no sabe porque, lo único que sabia era que ella estaba allí, como salida de sus sueños, una fantasía materializada, simplemente se acercaba a el sin motivo aparente, se encontraba muy cerca, de él empezaron a fluir miles de ideas locas, empezó a imaginarse una vida con ella, imaginó como muy probablemente serian los hijos que lograrían engendrar, imaginó su vejes al lado de ella, se veía canoso sentado en su mecedora, muy probablemente fumando una pipa y a su lado ella con sus hilos de plata en el cabello mostrando los años que llevaban siendo felices…
finalmente ella llego y se sentó a su lado; Él un poco nervioso la observo, observo la forma de sus labios, la fisonomía de sus ojos, el contorno de su rostro; y sin decir palabra alguna ella culmino aquel momento con un beso, sus labios se unían como si se extrañaran de mucho tiempo, como si sus almas necesitasen estar juntas y aclamasen aquel momento, en ese instante se habían convertido en uno solo, ella solo veía a través de los ojos de él y él solo existía a través de los labios de ella. Después de este mágico instante él solo pensaba en culminar esta fugaz experiencia, así que paso a seguir, la invito a su casa, ¡si! A esa casa vieja, pequeña y llena de grietas, a esa casa de la cual poco tiempo atrás había huido y en la cual se sentía tan solo.
Estando allí, nuevamente sus cuerpos se unieron convirtiéndolos en uno solo, dos cuerpos convertidos en una sola alma, convertidos en una pequeña mariposa que intentaba alcanzar el sol y que finalmente lo logra muriendo extasiada, Ella le había mostrado en ese momento que la pasión existe y que él tenia un alma gemela; a la mañana siguiente decidieron que aquello no debería terminar allí, así que armaron maletas y empezaron a recorrer el mundo, conocieron ciudades, pueblos todos ellos con miles de historias, historias que merecían ser narradas, todas aquellas historias se refugiaron en el fondo de sus mentes y cuando llegaban a alguna plaza de pueblo similar a la que existía donde se conocieron, narraban sus propias historias y las historias que habían conocido a través de sus viajes le daban a conocer al mundo todo lo que ellos eran y todo lo que sentían el uno por el otro.
Después de un tiempo todo empezó a tornarse monótono, ya no era lo mismo narrar sus historias de plaza en plaza, lo que sentían se estaba empezando a desvanecer, ya no existía la misma adrenalina ni el mismo éxtasis que sentían cuando estaban juntos, lo que antes era pasión, se había convertido en solo un acto carnal y lujurioso, ya no compartían una conversación amena, todo era frío y se había convertido en motivo de disputas, decidieron volver a aquel pueblo donde habían nacido, y donde se habían conocido, pues de pronto estando allí todos sus sentimientos renacerían, volvieron a aquella casa vieja llena de gritas y con aquel portón grande que solo le impedía abrirse de par en par un enorme candado oxidado, la situación no cambio para nada todo seguía tal cual como estaba antes de que regresaran; sin motivo aparente una mañana ella tomo sus maletas y se fue, desapareció de su vida tal cual como había llegado de manera fugaz y sin previo aviso.
Se encontraba en su casa, junto a sus libros, sus ideas y el gato viejo que alguna vez perteneció a su padre y se dio cuenta que en verdad no estaba solo ellos y nada más que ellos eran su compañía, y que para aprender a amar a alguien primero hay que aprender a amarse así mismo estando solo. |