México DF a de de 2003
Posiblemente en estos momentos yo sea pobre incitador de alegría, algo parecido a lo que diría Mario en X o Y poema. Es más posiblemente en estos momentos sea terco y poco cauteloso al iniciar plegarias con frases y pensamientos ajenos. Nunca he sido bueno para decir ciertas cosas indispensables en momentos necesarios. Todo lo contrario, cuando me encuentro a punto de hablar sobre vos, o tema referente, un pequeño carraspeo se apodera de la garganta mía y comienzo a alucinar boleros.
Sin embargo usted es sana incitadora de vida y también de inmemorable alegría. Una alegría como pocas, de aquellas que no son escurridizas ni nada parecido, por lo pronto y por lo menos en este momento. Sos mi jolgorio más grande y también mi réquiem más sonado. Despliegas un cielo innato y sollozante, un mar de sueños un sortilegio gigante y, eso, sin hacer alarde, mucho menos bulla.
Me has hecho crecer de manera sin precedentes. Nada de que diez, quince, veinte o treinta centímetros, pues mi estatura me es algo semejante a la conformidad. Me refiero, entre otras cosas, a un crecimiento exuberantemente global. Digamos, por ejemplo que algún día tengo ganas de morirme o de no despertar o de simplemente de gritar por la ventana ¡ pinche fiaca tan más chingona! Vos llegas de no sé qué recuerdo, no sé que gloria, y me callas así nomás, evitas que descargue mi gozo y mi inevitable flojera en unas cuantas palabras de mal agüero. Sí, lo sé, en estos momentos has de estar pensando. Hmmm, nene, eres un majaderito. Pero, también, tienes la obligación de comprender mi situación raquítica y de enfrentarte a mi léxico inmejorable. Que porqué, no lo sé, pero es tu deber comprenderme inclusive en esta situación. Si no, no serías la misma, no, para nada, discúlpeme pero no sería la misma. En todo caso serías tan distinta que yo, con esta edad tan cobarde, llegaría a pensar que has cambiado tu imagen de valquiria por una de Musa. Eso sería algo secundario, pero trascendente. ¿ te lo he dicho? Alardean y alardean Qué bien que tengas una musa. Pobres idiotas, aún no entienden tu función ni tu fusión. No eres musa, no, para nada, nunca, por el amor de Dios. Eres más bien una especie de compañera, na, para nada, tampoco, están equivocados. A ver, a ver, a ver. Ya me pusiste en un dilema. Tanto tiempo juntos y no nos hemos definido. Ya sabemos que sos inevitable incitadora de vida, de alegría y quién saque qué tantas discordias. Eso como comienzo, luego, y por ejemplo, podemos tener el caso, situación o problema de que eres una especie de Karma o de antídoto. No sé, abortemos el tema por hoy, por lo menos, que me tienes bastante confundido. Es lo que detesto de escribirte misivas, siempre termino contradiciéndome o como se diga. – hay que aclarar que, como vos sabes, yo no tengo verbo ni sustantivo, soy un simple sujeto al que le restan predicados y o predicadores. – nunca he sido bueno para las definiciones. Por lo tanto para qué definirte.
Pero ya, que voy a terminar enredándonos a los dos. Posiblemente tú ya estás enredada con tanto bla, bla bla, y una que otra corazonada. ¿recordás tu mundo elitista? Ese del que hablas barbarie y media y si repito como eco te aterras enfada y huyes a un jardín botánico lleno de abstinencias y deseos mal heridos. Bueno, el caso es que ese subterráneo elitista, pregunta por vos sin saberlo, te dice querida sin quererlo. Simplemente ya sos parte de una historia, una odisea diferente a la mía. Más el día en que dijiste no sé qué abismos y me dejaste paralizado. Ya que no me gusta repetir frases tuyas. Supongo que alguna no te gusta y terminas por abdicar de manera comprometedora.
Han crecido mis letras de un Arial 14 a un Cómic 18 o cosa parecida
¿en verdad le gustan mis cartas, mujer amada? Mis cartas no son nada diferente a rebabas astillas y demás que escapan cuando la veo, la siento o presiento que eso va a pasar. En ese momento me descompongo en una y mil partes aterradoras sin forma pero llegas y me armas como rompecabezas, tú escoges la figura y mira nomás. Siempre quedo completito. Inclusive me agregas figuras pensamientos es por eso que estoy tan contento que escribo mis alegrías. Usted me gusta mucho Alma. Espero en verdad yo le guste a usted, espero pase el tiempo y espero tenerla a mi lado, sentadita para que con esa hermosura que te distingue de entre las otras, te tome y te diga “usted es la mujer de mi vida” y vos me aceptes o rechaces como muestra de post-agrado y desagrado. Para que vos me sientas y digas o no digas “usted valerio, también me gusta” nos uniremos simplemente en un beso que aún cuando no quieras yo, con mi alma que ya incitará vida, te arrebate de tu dulce boca. Quizá contestes mi agravio con otro parecido. Olvídate, alma te lo ruego, de que existe una sociedad alternativa un paraíso fluido y miles de días entre vos y mis delirios. Olvida que hace diecinueve años antes que yo llegaste al mundo. En ese momento por favor dame tiempo para amarte sin escrúpulos, sin deseos, simplemente amarte sin fronteras, sin corazas, sin tu cuerpo. Alma mía no sabe cuánto la anhelo. Párese pronto por esta patria mía que yo solemnemente la espero.
atte: este niño lindo |