1,2,3.
Me gusta verte llegar
primero una tú, luego otra tú,
acumulándote,
sabes que eres enorme
y aún así te alojas
en moradas muy pequeñas.
Nadie nunca me ha acariciado
como sabes hacerlo.
Te conozco.
Eres tan peligrosa que me haces resbalar
cuando trato de olvidar mi torpeza.
Mas no te tengo miedo.
Sólo me recuerdas lo frágil que soy
cuando me enfermo
por eso me protejo
con 4 capas de ropa térmica
y mi poca astucia me hace creer
que mi única arma en este duelo
es un enclenque paraguas.
Escucho cuando gritas,
mas no entiendo por qué tanto enfado,
¿Acaso nadie allá arriba tuvo la bondad de regalarte
un libro de autoayuda en tu cumpleaños?
Acá abajo todos pretendemos ser autodidactas
queremos encontrar la solución de una pregunta
que aún no nos hemos planteado.
Aunque puede que no estés enojada,
en el crujir de tus peticiones
te escucho, más bien, triste
y luego las repites en voz baja
como un eco que no debe olvidarse.
Ya que estás tranquila
observas las huellas de tu mal rato en las fisuras
que nuestras construcciones imperiales no advirtieron.
Ahí.
En las irregularidades del tiempo.
Ahí.
Te encapsulas en los recovecos del cabello.
Ahí.
Te detienes a escuchar lo que a cada hierba le urge relatar,
Eres la musa más caprichosa del poeta,
Tú, que lo eres todo
enséñanos a no temer ser,
a aventarnos sin tener miedo a caer,
a procurar las pequeñas cosas,
y a hacer todo lo que queramos hacer,
sin miedo al fracaso o a la frustración.
Tú que eres ligera
enséñanos a bailar como lo haces
en la acera o en la pradera,
con esa dulzura
y tu incesante olor a nueva
((ay de ti de quien enfrasque ese perfume.
Cuídalo celosamente.
Porque seguramente aquel oportunista
creerá haber encontrado el final del arcoiris))
Ya sé, estás por irte,
nos has dejado un prodigio,
sin embargo,
los humanos,
en nuestro estúpido esfuerzo
por ser cada vez más exactos,
hemos logrado predecir tus visitas
para mudarnos a tiempo,
creímos haberte ganado
en el juego de las escondidillas.
1,2,3 por todos
y por la lluvia
que está detrás de las colinas,
pero lo delicioso de seguir jugando contigo
es que siempre logras sorprendernos.
Alina Poulain. 6 del 06 del 06
Happy End Of The Day.... |