Amar y sufrir, pelear y perder, dar todo hasta quedarse con nada.
¿De qué se trata el amor sino del descubrimiento de nuestro alma? ¿De qué vale la esperanza si el sueño no es más que una alusión a una ilusión?
El valiente caballero cabalga hacia un hechizo del que sabe no puede escapar, mientras la luna amenaza salvajemente a su desprecio y lo hace retroceder en una lluvia de rosas sin espina.
¿Cuánto arriesgar cuando no existe la victoria ni la derrota? ¿qué hacer para demostrar que a pesar de todo no existe un sentimiento mas sublime que el del deseo de la felicidad ajena?, aún cuando sea a quien uno ame, aún cuando sea que no nos corresponda con su amor.
Una estrella y una pesadilla, el temblor de las rocas ante un huracán, la sensación de estar bebiendo un vaso de agua, cerrar los ojos, volver a abrirlos y encontrarnos ahogados en nuestro trago.
¿Dónde debemos estar para que sea el momento correcto y no el incorrecto? ¿Por qué intentar escapar a una realidad innegable?
Es duro aceptar la realidad, pero mas duro es aceptarla después de haber vivido en una realidad inventada.
¿Cómo hacer para volver a ver sus ojos sin sentir el miedo que tenemos al nacer? ¿Debo acaso cerrar mis ojos y no abrirlos jamás?
No lograré ver sus ojos, aquellos que tiñen a la naturaleza con su belleza, sin poder contener una sonrisa, mis ganas de abrazarla y de sentirla con un beso.
La amo, pero no lo puedo decir, porque si lo hago, no seré mas que un soñador despierto, en medio de una pesadilla.