Furiosos caballos
corren por ti.
Tus olas, tu energía,
reflejan la belleza majestuosa,
el orgullo,
El respeto por la naturaleza.
Mar, que eres tan furioso,
y al tiempo, tan pacífico,
entregas movimiento,
y al tiempo, calma.
Mar... tú que bañas mi cuerpo,
lo refrescas.
Tu sal es azúcar de mi alma,
tu frío es tibieza en mi corazón,
tu furia es tranquilidad, calma.
Me entregas pasión,
despiertas un sentimiento en mí.
Al oír tu clara voz,
tus lamentos y alegrías,
tus secretos,
Siento que me acerco a ti,
¡Oh, rebelde mar!,
reflejando una luna,
un ocaso, un cielo...
¡gracias por ser!
¡gracias por existir!
|