Monótono andar
que detiene el tiempo,
y enfrenta miradas.
Colores extraños,
imitación de sueños.
Me aferro a tu presencia
desde mis mundos reales.

Absorto en lo de siempre,
reincidía en las dudas;
camino diferente
que me lleva a tu existencia.
Sabor a victoria,
anidando en tus labios,
me atreví a beber
para obviar los temores.

Se evade,
el juego de egoísmo y posesión
tras intenciones,
de dejarse iluminar por la luz de la luna.
Mi espalda,
en fuga de las sombras,
cobija nuevamente
sensaciones olvidadas.
El hambre de presencia
encadenando las ideas y los actos,
acercamiento
a un cruce de caminos
que ya no es un imposible.

Deseos se atesoran en mis manos,
alcancé un abrazo,
asumí que los temblores
ya no eran solo míos.
Minutos que aguardaron
en paciencia incomprendida
renovadas sensaciones
los impulsan a escapar.

Razones silenciadas
van quedando de lado
las acostumbradas esperas
de un por qué.
Rompecabezas incompleto
reaparecen las piezas,
inútil ignorar lo que es verdad.

Aspiración a ser,
se abandona al traslúcido misterio .
Segundos que avanzan y esperan
para saciar el hambre
que inevitable acecha.
En otra noche,
será imposible no ceder a la esencia,
es la espera
de encontrar el espacio para actuar.