Me has dado una rosa,
que floreció en el jardín de tu alma,
su aroma trae tus palabras
y me dice que me amas.
Aspiro su suave perfume
y tiemblo de amor solo al verte,
sintiendo el borde de tus ojos,
en el roce tibio de tu mirada,
que provoca que vibre por completo,
haciendome sentir amada.
¿A quien le importan las palabras cuando el lenguaje es del alma?
Texto agregado el 04-06-2006, y leído por 154
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Lectores Opinan
04-06-2006
muy sensible, como si el alma hablase sin palabras... brancaneves