UN SUEÑO (Dedicado a Gehena)
No recuerdo cuanto tiempo había pasado desde que tuve un sueño tan hermoso. Fue tan real y mi felicidad tan completa que hubiese deseado soñar por siempre contigo.
Como cualquier sueño, empezó de forma extraña; me encontraba en un lugar desconocido, una casa en la que nunca había estado y rodeado por personas que jamás había visto antes. Pero como es natural en los sueños, ese tipo de situaciones no son de preocuparse, y normalmente las ignoramos hasta que algo o alguien llama nuestra atención. En mi caso, detuve mi mirada en una preciosa y muy joven mujer, la vi rodeada de hombres y mujeres que escuchaban con atención sus palabras. Me acerqué a ella y escuche lo que decía. Estaba leyendo en voz alta un hermoso poema de su autoría, sus palabras estaban llenas de pasión y vitalidad, y yo no pude dejar de escuchar hasta la última frase que brotaba de sus divinos labios. Cuando terminó de leer, retiró su vista del escrito y sin titubeos la posó sobre mí, entonces me sonrío. Por supuesto, me causó asombro que me viera justamente a mí, de entre todas las personas que se encontraban en el lugar, por lo que respondí con una sonrisa. En un instante, estábamos solos, la habitación que segundos antes se encontraba repleta de personas, ahora nos pertenecía únicamente a nosotros dos.
A veces parece que los sueños no tienen sentido, pero en realidad hay mucho más detrás de un sueño de lo que la mayoría cree.
Al estas solos, te pedí que leyeras otros poemas y tú accediste. Palabra tras palabra, verso tras verso, te escuché como hechizado, recordé entonces la leyenda de las sirenas, cuyo canto atrapaba a los marineros para después ser devorados. En ese momento pensé que bien valdría la pena morir tras escuchar tus sensuales palabras. Terminaste de leer y te acercaste a mí. De alguna forma ahora nos encontrábamos sentados en un sofá y tú sostenías mis manos entre las tuyas. Nuestras miradas se encontraron, y observé la belleza de tus ojos y de tu rostro, es un sueño después de todo pensé, no creo que exista alguien como ella en el mundo real. El silencio solo era perturbado por el sonido de nuestra respiración y el latir de nuestros corazones. Entonces no pude contenerme, acerqué mis labios a los tuyos y te besé. No se cuanto tiempo estuvimos juntos, pero el amor que sentí seguramente hubiese durado para siempre. Por desgracia, mis ojos se abrieron y la luz del sol me recordó la realidad; tu fuiste solo un sueño de amor, un sueño que he convertido en un recuerdo que me acompaña siempre, y espero al morir volver a soñar contigo, después de todo, la muerte no es más que un sueño eterno, y entonces podremos estar juntos para siempre.
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