Compañero


Reluce cual mañana tu armadura,
tus versos.
Protectora de tu alma bohemia pero guerrera.
Lancero eres de la gran cruzada
que más habla de hambre que de dioses,
sonetos como lanzas mitigan la opresión
del que se siente indefenso
ante la injusticia de lo tangible,
o de la ignorancia que es polvo en los ojos,
llámalo lector,
yo lo llamo buscador, o compañero.
¡Toma la pluma!, afilada espada de acero escarchado,
que hiere con metáforas que buscan ser libertad
goteando más tinta que sangre.
Y cuando lluevan flechas como penas
recuerda tu razón de ser,
no temas al dolor ni a la angustia,
espéralas venir en pie, con el puño en alto,
pues la razón nunca supo de muerte.
Teme más a los folios en blanco
como alabardas recién sacadas de la herrería,
relucientes y virginales,
que esperan tu empuñadura
soñando miles de batallas por la libertad;
sólo a ellos les debes lealtad,
hazles pues el honor,
ponte el casco, compañero,
que la batalla está a punto de empezar.