Tras de sí, sobre sí y ante sí se encuentra una intención, un deseo, una afirmación. Tras de sí, sobre sí y ante sí hay una reflexión, una aceptación cuando dices que sí y sólo si eres capaz de negar el momento presente podrás abrir los ojos bajo la tierra gris que cubre Santiago para aparecer como un fantasma en la niebla. Y Si un día despiertas y no te encuentras, conversas y no te escuchan, si entras y no te saludan y te sientes vacía. Sólo párate frente a mi y mírate en el espejo ocular que te ofrezco. Sólo así podrás verte transparente, sólo así sabrás de tu existencia, sólo así te aseguraras que tienes una figura brillante, como mis ojos cuando te miran en el recuerdo. Porque sólo te encontrarás en la memoria fugaz de un cuerpo inmaterial encarnado en el azar de que un día nos encontremos en esta inmensidad enterrada en las entrañas del olvido. Pues la trashumancia inherente al cuerpo y la mente nos alejan de la imagen que presentamos día a día a la gente en un mundo indiferente a la vida o la muerte. Y si yo no estoy ahí, has de mirar en tu interior. Porque en la inestabilidad que presenta la vida y no saber qué vemos, sólo nos tenemos tú y yo, yo en ti y tú en mi.