El me dice que es porque me quiere mucho, con amor de papá, pero no se si es así, porque a mí me duele...
Ultimamente mamá está rara, no ríe como antes, llora mucho. Aunque trata de no demostrarlo, sé que lo hace a escondidas.
Le pregunté porqué estaba triste, me respondió con una sonrisa y me dio un abrazo fuerte fuerte, tanto que me dejó doliendo. No le dije nada pero escuché como rodaba por su cara una lágrima, es como que te acariciara, a mí me pasa algunas veces, cuando estoy con Enrique, su pareja y otras cuando estoy en mi habitación, rogándole a Diosito me ayude en esos momentos feos.
Es entonces cuando cierro mis manos sobre las sábanas, apretando, apretando... también los dientes, mordiendo nada..., y así me duermo, cansada de llorar para adentro con el aire que me falta como cuando mamá me aprieta fuerte fuerte.
Hoy Enrique vino peor...
Por los gritos escuché algo sobre ”¡me despidieron!”, no entendí que quiso decir, pero me asusté. Subí corriendo las escaleras y me encerré en mi cuarto. Me tapé bajo las sábanas, solamente asomé mis ojitos. Creí que todo estaba en calma cuando, de pronto, sentí gritos que venían de abajo, de la cocina, estaban peleando otra vez, tuve miedo..., mucho..., siempre pasaba eso que no quiero después que peleaban fuerte.
Y ahí estaba, en la puerta de mi habitación, su sombra se proyectaba sobre mí, casi quemaba, pero era fría, no como su cuerpo sudoroso. Su aliento a alcohol hería mi cara, para calmar mi llanto me decía que era amor, solo amor de padre, mentía, lo sé, tragué saliva, sabía que no era mi papá, era enrique y no lo quería. Papá había sido un buen hombre, me dijo mamá, que siempre me hablaba de él a escondidas, para que el no se enterara.
Y yo contaba, 1, 2, 3, y sentía su aliento, 4, 5, 6, su cuerpo me aplastaba, 7, 8, 9, su sudor me caía, y en el 10 pensaba en animalitos de la selva, un elefante, una jirafa..., una jirafa como la del cuento que mamá me leyó la otra noche, ¿llorarían las jirafas?, un mono, un pájaro, que me ayuda a volar lejos muy lejos de los lugares donde no quiero estar, un león, si, un león, un león... y lloro y pienso en colores... azul, amarillo, y me acarician las lágrimas, negro, verde, naranja, y aprieto las sábanas, ¿las dejaré sin aire como mamá me deja a mi cuando me abraza?, marrón, lila, rojo, como el color que sale y duele... mucho... y lloro.
Mi aire se escapa, mi aire, pero no está mamá acá para abrazarme fuerte fuerte, intento seguir contando para no estar ahí, y escapa, escapa el aire entre mis dientitos apretados.
Escucho unos pasos y veo a mamá que lo golpea por detrás, el se levanta y la persigue... -¡mamá!, ¡mamá!, grito y voy detrás, -¡mamá!!, y bajo las escaleras, y llego a la cocina, y mamá está en el suelo llena de color rojo. El la patea, lo agarro, le grito
-¡a mamá no!!, ¡no a mamá!!
Y una bofetada me hace volar como los pajaritos que cuelgan de mi ventana, me toco, duele y es rojo, como uno de los colores que más cuento, como el que me sale de abajo cuando estoy con enrique.
Y mamá en el suelo.
-¡Mamá! ¡Mamá! ¡levantate!, si las ojitas de los árboles se levantan porqué no te levantás como ellas con un viento fuerte?.
Y lloro, y sangro, y grito, y corro, y lo tomo, y se lo clavo...
Se me queda mirando, sin creer lo que pasó, el metal le sobresale, un hilito de sangre, rojo, como el color que más cuento.
Cae de rodillas, será que ha visto a Diosito que vino a ayudarme?, creo que sí, porque mamá también debe haberlo visto, se puso de pié, llena de color rojo y vino a abrazarme fuerte fuerte con sus lágrimas que acarician, y no me molestó que me apretara hasta hacerme doler.
12:58hs.
31/05/2006. –
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