DOS CUENTOS MUY CORTOS.
LA MADRE
El verdugo tomó su hacha, la apretó fuertemente elevándola hacia el firmamento, su encapuchado rostro y su cuerpo erguido verticalmente formaban una línea casi perfecta, el sudor de sus manos empuñadas viajó por sus brazos pasando por su torso desnudo y obeso. Después de unos segundos dejo caer su hacha con fuerza, apuntando justo al cuello, pero en la mitad de su viaje; entre la morbosa multitud se escuchó un grito.
¡Hijo!
El verdugo alcanzó la mirada de su madre, el condenado escuchó la voz de su madre.
VIVA EL FUTBOL
Miguel de 12 años, ya no necesitara mas de su viejo costal donde guardaba sus mas preciados tesoros, tampoco tendrá que esperar una moneda en la esquina de la 32, menos aun recibir insultos en cada tienda a cambio de un pan. Ahora miguel estaba en su mejor momento, no importaban sus harapos y las pulseras que el mismo hacia con los cablecillos de colores que le regalaban en las electrónicas, ese cuento de pararse en el semáforo a revisar las llantas de los buses o tragar algo de fuego; había pasado a la historia, esas noches horribles donde el raponazo era su única alternativa ya no eran necesarias. Porque miguel de 12 años; un domingo en la mañana, estaba bajo la sorprendida mirada de la gente y los policías que alguna vez lo golpearon por vagabundear, esta ahí; en la cancha de fútbol, bajo uno de los arcos…, donde un grupo de niños, habían encontrado su cuerpo.
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