Noche cerrada sobre Buenos Aires. Tomo por Corrientes hacia el bajo, y miro la ciudad engalanada aguardando por el mundial de fútbol, esperanzada, ansiosa… falta poco!
Miro hacia la esquina donde un chico de no màs de 12 años hace malabarismos con 3 palotes de plàstico delante del tráfico detenido en el semáforo; un señor cincuentón muy bien puesto le dice que no con la cabeza desde adentro de su Mercedes cuando el chico se acerca a pedirle una moneda: “Para què? Si seguro se la da al padre para que se compre vino!”- se justifica el señor ante su acompañante, una rubiecita sentada a su lado que no debe tener más de 22 años y que soporta resignada que el señor le acaricie un muslo.
En la vereda la hermanita del niño malabarista trata de venderle un ramillete de flores a la gente que pasa y que hace como que no la ve; una señora muy elegante hace una finta tambièn elegante para esquivarla mientras piensa: “…y los padres? No tienen padres estas criaturas?”
Si, señora… tienen. La mamà està en estos momentos con trabajo de parto tratando de escupir a su hijo nùmero 9, tirada en una sucia camilla de un hospital pùblico, rodeada de pacientes que están tan o más desesperados que ella, con medicos y enfermeras k pasan corriendo tratando de hacer milagros sin gasa, sin alcohol, sin vendas, sin un puto termómetro, sin agua oxigenada, sin nada porque el presupuesto este año no alcanzò… como todos los años.
Y el padre, señora… el padre esta oculto en un sucio portal de San Telmo “transando” con un “dealer” que todas las noches se llena los bolsillos vendiendole esa mierda a cualquiera que tenga suficiente pasta para pagàrsela; se evadirà con eso, tiene que olvidarse que ahora tendrà una boca más que alimentar, que tendrán que vivir once en esa casucha de lata y carton de la “Villa 31”; quiere olvidarse de las veces que llega borracho y le pega a la Maria, aunque sepa que ella no tiene la culpa..

Doblo por Suipacha y –mientras Sabina desde una disqueria “le levanta la falda a la luna”- veo en el oscuro portal de una financiera a un viejo que se abriga como puede con una sucia manta, tratando de conciliar el sueño y de pasar una noche más… ojalà que no vuelva a soñar con el tallercito que tenia y que perdiò cuando el banco se quedo con todos sus ahorros, llevàndose sus sueños de grandeza, su futuro, su casa…
“Si hasta vos, gorda, me dejaste…” –piensa desvelado- “Insuficiencia cardìaca sistòlica” dijeron los mèdicos… -“Mentiras… te moriste porque te fallò el bobo por el disgusto, gorda… Te rendiste porque los hijoputas nos quitaron todo, porque nos cagaron con sus ondas recesivas, sus corralitos, sus redistribuciones de ingresos y esas cosas que nosotros no entendiamos; nosotros entendiamos de laburar… nada más”. La “gorda” le hace un guiño desde el cielo, y el viejo se acomoda mejor para pasar otra noche a la intemperie, en el frio umbral de una financiera.

Mientras el señor cincuenton se gasta en una cena màs de lo que 2 chicos podrán juntar en todo un mes haciendo malabares o vendiendo flores en la calle, mientras Maria grita su novena agonìa en la camilla de un mugriento hospital pùblico, mientras su marido compra “merca” en San Telmo para evadirse de su realidad, mientras el viejo inevitablemente vuelve a soñar con su “gorda” y su tallercito perdido… yo giro en Avda. de Mayo y emprendo el regreso a casa, pensando cuánta razon tenia Borges al resumir nuestro fervor por Buenos Aires: “no nos une el amor, sino el espanto”.

Menos mal que la semana que viene empieza el mundial, carajo…

FIN

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Y mañana volveràs a seducirme con tus brillos, tus vidrieras iluminadas “a full”, tus marquesinas deslumbrantes y tu porte de gran señora. Esconderàs tu hipocresía, tu falsedad, tus mentiras y tu cinismo bajo varias capas de maquillaje… y lo que es peor: yo me dejarè seducir.
Tengo claros tus defectos y miserias, tu fealdad y tus vicios; sè que con eso me lastimaràs, seguiràs ofendièndome, me haràs doler, me seguiràs matando de a poco… y sin embargo no puedo dejar de amarte.