Inicio / Cuenteros Locales / Darkyharry / El Nexo: Proyecto Cleofás
Nunca pudimos creernos a nosotros mismos la simple idea (y a la vez cierta) de que las máquinas se nos revolucionaban. Tampoco pudimos saber quién fue o quienes lograron hacer que ellas tomaran la iniciativa que se venía viendo hace ya unos años atrás cuando ejecutaron al primer robot por cometer asesinato. La máquina psico-motriz ahora dominaba los sectores más cercanos a la humanidad e incluso las naciones intentaron cercarlas pero fue inútil. Ellas ya poseían lo que necesitaban, ahora venían por nosotros.
Creo que poco después del primer levantamiento anti máquinas en Estados Unidos, un grupo de científicos en conjunto con ingenieros de mi escuela organizamos un gran proyecto que se debía llevar a cabo antes del 2120, fecha en la cual los pronósticos decían que sería el fin de la superficie y las máquinas dominarían el mundo. Bautizamos el proyecto con el nombre de Cleofás.
Cleofás sería la primer nave armada de las ya conocidas hovercraft hechas hace 5 años atrás con el fin de ser en conjunto la espina dorsal de la defensa anti cibernética en Zion, la ciudad que ya era construida bajo las mega ciudades de canales y túneles.
Muchas congregaciones llegaron ante nosotros para financiar lo que sería este juguete que esperábamos sirviera de mucho. Supimos por parte de ellos que en otros países ya se construían otras naves del mismo carácter. Ofrecimos nuestros laboratorios y les dimos oportunidad de que los constructores se viniesen a EEUU.
Así concretamos nuestras expectativas y en pocos meses logramos tener el plano de Cleofás y otras naves como Nebuchadnezzar. Gracias a la tecnología que logramos salvar de las manos de las máquinas pudimos generar el EMPC, un cañón que descargaba en un radio de 1.5 kilómetros un pulso electromagnético que deshabilitaba a toda unidad robótica que comprendiera ese área. Deslizadores en forma de platos le daban movilidad y estabilidad a Cleofás. Los primeros hallazgos de los caminos que conducían a Zion nos dieron el diámetro de la mayoría de los túneles y así pudimos crear la coraza perfecta que lograría adaptarse a estos canales subterráneos. Ya sonreíamos de sólo pensar que nuestros proyectos servirían: Las pruebas que hacíamos eran cada vez más satisfactorias.
Tuvimos varias veces que trasladar nuestros laboratorios a lugares más escondidos y secretos para que la mente de la maquinaria no se percatara de nuestras nuevas armas. Todos los días llegaban noticias desde El Puente que nos daban más aliento para conseguir nuestra meta. Las construcciones en Zion ya estaban por terminar y esperaban la pronta llegada de las naves a los puertos. Cada uno con el nombre de una nave.
La primera línea de naves de la saga Marcos estaba por terminarse. En el 2065 Cleofás ya tenía estructura y estabilización perfecta, faltaba el Núcleo y las conexiones que darían facilidad a los tripulantes para entrar a lo que ahora comenzaba a llamarse Matrix.
Nebuchadnezzar y su equipo de ingenieros esperaba el despegue de su nave para el 2069, 3 meses después de nuestro lanzamiento. La estructura de esta nave me impresionaba de una forma increíble. Era realmente enorme. Aunque durante el proceso hubo un desperfecto con los deslizadores y un maestro mecánico murió por una descarga eléctrica.
Creo que el destino siempre nos acompañó en nuestra empresa de terminar rápidamente nuestra construcción, nunca sucedió nada que nos limitara a detener el proyecto.
Concluimos felizmente nuestra nave en el mes de junio del 2069 y para sorpresa de nuestro equipo, la Nebuchadnezzar era terminada como lo esperaban en septiembre del mismo año. Las bautizamos con los capítulos 1:35 y 3:11 respectivamente.
Otras empresas después de ver el producto en funcionamiento se sumaron a las líneas de las siguientes naves. Pronto el ejercito de las Naciones Unidas pondría el capital suficiente como para hacer una flota. Pero ahora los tiempos eran más difíciles.
La mayor parte del equipo falleció en el último intento de cambio hacia las cercanías de Arizona. Un inesperado ataque de máquinas voló con nuestras esperanzas en gran parte y nos vimos resignados a mantenernos distantes los sobrevivientes. Para el 2090 la voz humana ya no dio más cuartel a la Zero 1, Estados Unidos y la mayoría de los votantes de las Naciones Unidas se sumaban a la premisa “Guerra a las máquinas”. Antes de la primer guerra humano robótica, logramos lanzar unas 11 naves, entre ellas la Osiris. Aquélla se parecía a Cleofás en estructura y me traía recuerdos casi inmemorables para mis 73 años.
Supe que el capitán delegado a Cleofás fue el sobrino de un amigo mío en mi infancia. Siempre atentos a todo en clases y magníficos para la física y la matemática. Fue una pena saber que días antes de que comenzáramos el proyecto Cleofás, él dejaba este mundo. Hubiese sido realmente bueno trabajar con él, pero el tiempo no nos dejó hacerlo. Ahora me sentía orgulloso de que Raphael, su sobrino, comandara mi nave en la guerra que ya comenzaba.
Ahora sólo bastaba esperar que las cosas se volviesen más color de rosa en vez de color metal.
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Texto agregado el 31-05-2006, y leído por 180
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