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Signos inmensos recorrían en línea recta el vasto espacio que se encontraba entre mis sienes, signos intraducibles, como de alguna época inexistente, como un agua de místico caudal que desparramaba en forma sutil vocablos inmundos y de mundo que de algún modo daban forma implícitamente al sentimiento más horrible que nunca había sentido.

Las gotas de agua se despedazaban en forma inerte en mi rostro, mientras me dirigía a casa de mis abuelos. De pronto sentí un deseo de escupir en forma exagerada e incontrolable sin ninguna razón aparente. La lluvia aumentaba, y yo seguía escupiendo, un líquido frío — mi garganta estaba congelada — y espeso, tenía un color púrpura intenso — nunca vi cosa semejante — y de pronto ya no oía nada, no olía nada, no veía en lo absoluto y sentía el resto de mi cuerpo adormecido en forma perpetua. Luego retornaron los sonidos a mis oídos, lograba recepcionar difusamente las ondas, sin embargo ahora me sentía en un ambiente cálido, aunque la sensación líquida de éste me inspiraba cierta melancolía, una melancolía semi infantil, como una retrospección instantánea de mi vida disuelta en un mar de olvidos, un mar turbulento, oscuro e impredecible, que en cada ola que golpeaba la orilla, golpeaban mil momentos ilustrados en forma abstracta por la cara oculta de mi ser.

El tiempo avanzó desmesurado, yo ya no me reconocía, había olvidado mi esencia, todos los sucesos descritos en el pasado se hundían en el presente como lo había soñado, y en forma hostil declinaban, murmuraban, se esfumaban...

Abrí los ojos, todo se tornó gélido, unas grandes manos me sostenían en cuerpo entero — no me eran familiares — y me llevaron a mi lecho de vida. Me pusieron junto a ella e instintivamente comencé a alimentarme, comencé a re-conectarme, comencé a purificarme.

El inexistente paso de los días me mostraba el umbral desierto de aquello que desconocía, fue un paso gigantesco de confianza, una millonada de susurros me acariciaban y simplemente mi alma se regocijaba con el estímulo. Lo cierto es que no podía hacer nada, ella lo hacía todo, ella lo deshacía todo, ella cumplía todo... ella era todo. En mi mente se incrustó un sentimiento incesante y complejo que me envolvía delicadamente y me empujaba a conjugar espléndidamente los reflejos heredados con aquellos alcanzados.
En mi memoria se estableció una barrera intransigente entre lo antiguo y lo verdadero, cada paso que diese era un hito que se registraba como inédito en mi consiente, más aún, quiero decir que cada uno de estos pasos me alejaban de forma permanente de dicha barrera y más me desprendía aún más de mi condición.

— Es lindo el niño ¿no?
— Sí hija, se parece a ti.
— ¿En serio?, pero si todos dicen que es igualito al papa.
— No, para nada, si son calcaditos ustedes dos.
— Si, tienes razón, mami.

La mañana acaecía por sobre sus ojos, el sol era radiante, las aves volaban con gracia por el despejado cielo de septiembre, no había nada que temer ni nada que dudar, y ellos lo sabían.

— Mijo, ¡escúchame y mírame cuando te hablo!
— ¿Qué pasa abuelita?
— Tú nos has mostrado lo que está pasando, tú...
— ¿Tú también abuelita?
— Sí hijo, sí.
— Todo de nuevo. Ni una palabra es después.
— Pero, todo es después de esto.
— No para nosotros hijo, cuando crezcas lo sabrás. Ahora duerma no más, hasta mañana.
— Hasta mañana abuelita.

Nunca lo supe, mas siempre estuvo allí, mis abuelos siempre lo mencionaban aunque fuese aún un niño.
El tiempo se extendió por veinte años y todo se tornó impreciso, en mi mente contrastan las luces flameando impuramente como peces de agua salada, diferentes colores, diferentes visiones, ellas me hablan, no las logro ver, no logro entender... ya casi llego, ya casi llego.

— Más allá del espíritu imaginario que rodea mi ser, el estado eternamente consiente y carismático, a veces lucha contra mi verdad y sus fragmentos... Tanto esfuerzo a la hora del no, y tanto, tanto ¿qué? —

— ¿No son cosas símiles, los prados, los cerdos, las uñas? —

— Es que mis pasos fueron falsos, eran de fuego, eran duros, no quemaban, siempre estuvieron fríos, eran de piedra... —

— No hay mas nada en mis ojos, no me dejo ver, es que la ventana estuvo trabada por mi perturbador pasado. Los instantes son mortuorios, no lograría creer ni en mi vida, quizás sea como mi cuento caricaturesco —

— A veces, por siempre caigo... mi voz se retuerce y revolotea sin paz, sin gallardía, todo es confuso, todo es confuso, ¡todo es confuso!, todo es así, como en aquel sueño... El ojo siempre fue profundo, mas nunca logré distinguir que había en el fondo —

El verano nuevamente llegó, lentamente y en forma progresiva, como siempre. Por mi nariz entraban aromas frescos y limpios, como suele ser en verano, sin embargo en mí, florecen sentimientos lúgubres de angustia, con un tono tosco y deforme, lo cual me inundaba de recuerdos de niñez, aunque aquella niñez desvanecida que alguna vez creí vivir, pero que nunca realmente viví.

En alguna parte se escondió la sensación verdadera de la identidad, los rastros vuelan perennes en un juego sutil de ser lo que no soy, lo que me gustaría ser y lo que jamás seré. Estoy hundido en un sentido y otro, como en una escalera contorneada de suspiros transparentes, semilíquidos, dudas...

Después de algún infructuoso sueño, abrí los ojos, me levanté, cerré las ventanas, la brisa era cálida y delicada, muy suave, pero de todos modos las cerré porque creí que auguraban días negros. Me levanté del sillón, salí a caminar. En el camino reconocí rostros familiares, como de lugares conocidos, continué mi caminata hasta la playa, estaba el sol cansado, el mar lo seguía en su abulia, unas cuantas aves me hablaban pero yo no les prestaba atención, estaba cansado del sol y sus rojos ojos, quería sumergirme en aguas oscuras, donde la luz no ensucie con su claridad, donde no manchara mi ignorancia y de esta forma explorar mi interior, ahora con otra clase de luz, no luz precisamente, sino reflejos, reflejos de aquello que imaginé no revelar nunca, el sol se va y ya es hora de volver, volver a nacer.

Texto agregado el 30-05-2006, y leído por 123 visitantes. (0 votos)


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