Todos sabemos lo escurridiza que puede ser la felicidad, solo tenemos un poco, y a cortos ratos. Yo he tenido uno de esos momentos en que se te saltan las lágrimas de felicidad, deseo compartirlo con vosotros.
Es increíble como las cosas más sencillas te pueden hacer sentir bien, a veces el salir a dar un paseo en los meses de primavera, reencontrarte con amigos que hace tiempo que no ves o celebrar algo en familia. Mi familia es grande, enorme, tenemos pocos posibilidades de una reunión y se suele conseguir, como en casi todas las familias, en las celebraciones de una boda, bueno, también en los funerales pero de eso no pienso hablar ahora.
Recientemente he asistido a la boda de una prima, pude ver la enorme expectación que causó mi hijo, con solo cuatro meses se había convertido en el centro de atención, es que es para verlo. Pero por detrás de aquella fiesta estaba mi hija, ya ha cumplido cuatro años, de pelo rizado con tirabuzones y castaño claro, piel muy clara y una cara, bueno, muy bonita. Andaba cerca de su madre, quien por cierto eligió un trajecito para la muchachita de la casa que la hacía parecer una muñequita de porcelana, mientras yo hablaba con mis familiares y tomaba alguna copa con ellos, la chiquita me miraba a veces, parecía querer estar conmigo. Me acerqué y le pregunté si quería dar un paseo, se levantó de su silla y me tomo la mano. Ahí empecé a sentir que algo no iba muy bien en mis ojos. Estuvimos dando un paseo por los jardines donde se celebraba la boda, los familiares que me cruzaba me alababan a la muchachita que iba de mi mano, a esas alturas ya empezaba a sentir cierta opresión en mi pecho.
En uno de esos momentos mi hija me pidió que la subiera en uno de los bancos de ese jardín, desde ahí arriba me decía esas cositas sin importancia de un niño de cuatro años, pero de pronto, me abrazó y la ayudé a subir hasta tener su cara frente a la mía, entonces me dio un besito.
Ese beso de mi hija consiguió que llorase de emoción. Si hay algo que odio es saber que esos momentos de felicidad terminaran un día.
“…and all these moments will be lost in time; like tears in the rain. Time to die.” (de la película “Blade Runer”)
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