LAS ONDAS
(Dedicado a Carloel22 en su cumpleaños)
La vista no confirma nada entre el edificio de enfrente y el mío. La luz pasa, estoy seguro, porque presiento que en media acera brilla un sol primaveral, aunque no lo vea, el trocito de luz que ilumina este pequeño salón, donde me encuentro, la delata. Sin embargo no la veo al pasar entre los edificios.
Un gorrión grita estridentemente lejos y mi oído recibe su queja, las golondrinas pasan veloces, rasantes delante de mi ventana y estiran su gemido largo. Desde su pico a mi oído hay un soporte para sus voces, sin embargo no se ve: el aire.
El aire: transparente y vital, transporte de mensajes sutiles como la luz y el sonido, como las ondas de radio. EL AIRE.
La Ciencia sabe de frustraciones por no poder medir ni cuantificar con los sentidos físicos todo lo que en el aire se manifiesta.
La vibrante “flauta mágica” de Mozart diluye sus notas entre átomos de aire, invisible a quienes transitan la avenida pero real como los altos jacarandaes que la flanquean para llegar nítida a los receptores de radio y convertirse en sonido “real” audible.
Esos perros de compañía que juegan en el parque con sus amigos los seres humanos y que, de improviso, miran en la misma dirección asustados. Nada se ha oído, ningún fogonazo de luz, ningún trueno, nada que nuestros oídos perciban, sin embargo los perros se asustan de las ondas que transmiten los temblores de tierra lejanos, la tormenta que se formó a kilómetros.
Mi gato, Bigote, contempla atentamente desde el altozano del apoyabrazos del sillón la figura radiante de algún fantasma y ni se inmuta, está acostumbrado a ver en la penumbra de una habitación y a convivir con los seres que transitan el astral a través del aire con sus ondas vibratorias especiales. ¡Ay! si pudiera expresarse como lo hace mi amiga Gloria que es vidente y los ve por todas partes.
Las ondas, las verdaderas “correos de los dioses”, nos dan aquello que no podríamos percibir de otro modo, a no ser por la RADIO y otros receptores.
Pero esas ondas obedecen órdenes y llevan mensajes. Ahí interviene el ser humano, dándoles contenido y enviándolas a lugares, a veces, muy distantes de donde fueron emitidas. Los hombres descubrimos las ondas y las domesticamos para nuestro servicio.
Pero las ondas ya existían antes. ¿Qué las creó?.
¡¡¡Que pases un día feliz!!!
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