Como familia yo tengo
dos perros y cuatro gatos
y varias yuntas de patos,
tres vacas y un chancho rengo
y con ellos me entretengo.
Mi padre se fue de viejo
y en esta décima dejo
el amor para mi madre
que hasta el perro que me ladre
me recuerda su consejo.
Estuve un tiempo casado,
pero mi suegra y sus hijas
resultaron sabandijas.
Me tenían asustado
que si no me hago a un lado
la maldita de la vieja
casi me arranca la oreja
con el filo de un cuchillo,
yo le di con un ladrillo
y la lucha fue pareja.
De obsequio ese mismo día
Y para calmar su enojo
Le dí un sopapo en el ojo.
La suegra, que es una arpía
pa’ vivir en compañía
mejor tenerla bien lejos
o en la jaula de conejos.
Mas cuando pasó casi un año,
a esa familia yo extraño
Aunque se queden perplejos.
Texto agregado el 28-05-2006, y leído por 519
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