Sobre la nada misma, donde ya no habitan ni las formas ni los sonidos. En el espacio que ya no es espacio. Donde toda idea de tiempo desaparece: no puede no existir, tampoco existir. Ahí donde toda palabra humana es estéril, porque ya nada mundano habita ahí.
En este algo, ha comenzado el súper juicio. En que El que es, deberá defenderse ante “ ”(1) .
“ ”
Tú, Dios, creaste de la nada un mundo. Hiciste uso de tu omnipotencia para ser dueño y señor del Universo. Con tu omnipresencia pretendiste controlarlo todo y ser todo.
Sin conformarte con tu creación, creaste seres vivos concientes de su estado. A pesar de tu omnisciencia, dejaste que conocieran el horror de la muerte, y que vivieran esclavos de la incertidumbre. Tú que eras infinitamente bueno, dejaste que el mal habitara entre ellos. Y sin que te bastara el haberlos hecho vivir, enjuiciaste sus actos para toda la eternidad.
Dios
Cuán fácil hubiera sido para mí, vivir por toda la eternidad de manera solitaria. Pero cree el Universo y la tierra; y sobre la faz de esta puse al hombre. No sólo hice al hombre a mi imagen, sino que además, le di la libertad (cosa desconocida para mí). Fue en su plena libertad que firmaron su condena. Fue en su plena libertad que eligieron ser como yo. He ahí su condena y la mía: Quisieron conocer el bien, pero también el mal; Quisieron construir su propio mundo, pero también destruirlo; Quisieron ser dadores de vida, pero también dadores de muerte; Quisieron juzgar, pero ¿acaso pensaron que no serían juzgados?
Sé que pueden acusarme de muchas cosas, pero no pueden negar que ame al hombre. Y si de algo deben condenarme, es de permitir la existencia de esos seres. Deben condenarme por haber creado seres imperfectos.
Sin embargo, que ridículo es todo esto. Yo soy perfecto, soy infinitamente perfecto. Cómo pueden condenarme. Además, si alguien debe condenarme no eres tú. Exijo al creador último, al único y verdadero ser.
Escritor (2)
Como tú ya lo sabes, eres culpable de todo. Tú eres la culpa misma, eres víctima y victimario. Ya no puede haber perdón para ti. Es por esto que te condeno. Yo te condeno por toda la eternidad a que sigas construyendo Universos. Yo te condeno a que sigas dando vida. Yo te condeno a que sigas dando al ser humano la libertad. Te condeno a que ames al hombre, y condenes al hombre. Te condeno a que la condena del hombre sea tu condena, tu eterna condena.
(1) También se le denomina “ ”, pero es mucho más largo y difícil. Por lo tanto aquí se le tratará simplemente como “ ”.
(2) Sé que para algunas personas este nombre sonara como un atrevimiento. Pero pido ya las disculpas de los señores escritores por hacer vano uso de su nombre.
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