Hoy no te quiero ver, mañana tampoco

Hoy no te quiero ver, mañana tampoco.
Yo te quiero, tu también me quieres;
eso está más que claro.

Pero también sé que
cuando de mi madre lloro
y que a veces tu familia está mal;
que mientras tú juegas
yo puedo estar durmiendo una siesta;
que a veces tuve un día excelente
y tú te mueres de cansancio;
y que ahora trato de secarme las lágrimas
y se me acabó el confort.

Incluso me atrevería a decir que
mientras todos miran tu sonrisa,
yo te miro a los ojos y a veces estás mal;
y sé que hay cosas que no te digo
y varias que tú no me dices,
pero no importa.

Hoy no te quiero ver, mañana tampoco.
Quizás otro día si,
porque hoy te quiero contar estas cosas
que sé que no te las diría en persona,
porque sé que así no funcionamos:
no estamos para llorar,
si no para alegrarnos el día...
Porque si aprendí que las distancias no importan,
contigo aprendí que las palabras tampoco.

Hoy no te quiero ver, mañana tampoco.
Yo te quiero, tu también me quieres.
Eso...
está más que claro.