Escríbeme una carta
Quizás hoy te escribo para no volverte a escribir, sé que quizás te aburro y que ya no quieres saber nada de mí. Es mas, ya no se ni para quien escribo. He llegado a un punto en el que ya no quiero soñar. Y eso, para mi, es peor que morir. Es quitarle la magia a la vida, es dejar de ver el brillo en los ojos en la persona que amas, es dejar de sentir ese aroma especial de cada persona, es dejar de darle sentido a la vida. Y es que a mi no me preocupa vivir, sino soñar. Pero bueno, ese soy yo.
Hoy, me miro al espejo y ya no veo a alguien, solo el inútil reflejo de alguien que alguna vez fui.
Tantas personas que me faltó conocer, tantas veces que me faltó decir perdón, tantas veces que no dije te quiero, tantas veces que pude y no quise hacer. Tantas veces…
Me dirán: “OIE! Así es la vida… no llores lo que as perdido, mas bien alégrate por lo que vendrá…” Y yo tristemente contestaré: “De que te sirve tener o perder sino hay nada ni nadie a quien ofrecérselo… si no hay a quien dedicárselo… sino hay para soñar” Y caminaré, y ya no veré las cosas simples de la vida… que son gratis.
Mis días, desgraciadamente, serán de 24 horas, deseando que fueran de 3, para ver si así pasa mas rápido el tiempo, y ya sea más viejo.
Dejaría de cantar, de reír, de llorar, de sentir.
¿Qué amigo vendrá a darme su mano? ¿Qué ser recordará a este corazón destrozado? ¿He nacido en vano?
Sin embargo, poco a poco, sin importar que escriba, sin importar que digan, tú sigues leyendo estas líneas, y puede ser que me creas, puede ser que me entiendas, y yo ya no podría sentir miedo, yo ya habría cumplido conmigo mismo, yo ya estaría completo.
No tengo ni idea quién o quiénes leen estos textos. ¿Estoy acaso escribiendo palabras al viento? ¿Entretendré a unos cuantos? ¿Quiénes los lee? No tengo ni idea. Y quisiera tener una idea. Son 4 los textos que voy escribiendo. Ya son 4 veces que te he escrito una especie de “carta”. Ya son 4 veces que he disfrutado conversado contigo. Pero yo todavía no te conozco. No tengo ni idea de quién eres, no se nada de ti.
Ahora yo te pido: Por favor, escríbeme una carta, dime lo que quieras, que sientes, que piensas… dime que vale la pena que siga escribiendo.
Diego Valdivia
|