Estoy solo. Como todas las noches. Escribo versos mientras escucho radio. He heredado una copa de cristal, le perteneció a mi abuelo. Arturo Primero. Después fue de mi padre. Hoy es mia Arturo Tercero. Suena como si pertenecieramos a una dinastía de comienzo de siglo pasado. Donde el buen vino siempre nos acompañó a la hora de cenar. Escuchando como sobremesa al gran Wagner. Siempre recuerdo la marcha de Tannhausser que escuchábamos cuando niños mi hermana y yo, sentados en las faldas del abuelo, que no tenía brazos producto de una estupida guerra. Desearía degustar algo de buen vino, pero esta copa no sabe de placeres terrenales. Siempre esta invadida por la álgida y espumosa gaseosa. Percibo a Kräwpert, fundador de la electronica alemana. Se apodera de mi cuerpo insitándome a bailar. Recuerdo a la musa que conocí en el verano del 99. Me transporto raudamente a la noche europea, donde pretendo encontrarla. Todo esta permitido, soy cómplice de la mineral y el éxtasis, ella me enfrenta con su baile sensual, esafiándome a que acaricie sus cabellos y recorra su alba silueta con mis torpes manos...pero abruptamente caigo a tierra. Enciendo un cigarrillo, que he visto caer uno tras otro durante toda la noche, en mi vitreo cenicero...

Paul Ritz Danckovic.-