Historias


Pasó un día de agosto por la ventana de mi vida, sin preguntar si necesitaba enamorarme de ella.

Vimos juntos sueños de kurosawa, una taza de café y dos besos furtivos y un día después desnuda en mi cama se sentía igual que un pez en el agua, así, inocente y perversa como un mundo sin dioses estalló conmigo en infinito placer.

Un par de días después, partí tratando de perder mi pasado sin darme cuenta que ella era mi presente, en ese momento no quise retenerla, ¿de qué hubiera servido deshacer las maletas del olvido?

Pero no sé qué daría por tenerla ahora mismo mirando por encima de mi hombro como escribo esta, nuestra historia…

... Y así emprendimos juntos la aventura por los mares del amor, de un amor virtual, de un amor imaginario, que pronto podría ser real.

Pero... El destino como filosa navaja, corta el telón de nuestra obra maestra y me vi perdido como un santo sin paraíso, como el ojo del maniquí...

y la llamé, y le conté que me perdería para siempre de su vista y que los 3 días de pasión se irían al olvido... entonces, una lagrima suya partió mi alma y quede inquieto como un párroco en un burdel, errante como un taxi por el desierto, solo como un poeta en el aeropuerto...

Y aún así decidimos jugar, esperar el día en el que pronto regresaría.

... Y... ese día llegó con su calor de diciembre, nos dimos un beso, un abrazo, un te quiero, un te extrañé...
Pero la locura del momento y encontrarme con el pasado arruinó nuestros primeros días de realidad llegando al punto de querer romper con la fantasía, como un pájaro en un desfile, nos vimos perdidos sin saber que hacer... y ganó el quiero, la guerra del puedo y pudimos querer... y nos quisimos… y aparece el pasado, ahora el de ella, violento como la botella del ebrio que se estalla en el andén, violento como un niño sin cumpleaños; roba la tranquilidad y la felicidad de los que la tienen...

y.. otra vez estoy yo, sin ella. Amargo como el vino del exiliado, largo, como el domingo del jubilado, frio, como una boda por lo civil, macabro, como el vientre de los misiles.
Si las sanguijuelas no pueden herirla, no existe una escuela que enseñe a vivir.
entonces... pudo más su recuerdo en mi cama, de las mil y una noches que desperté enredado en sus senos pensando en el alma que piensa y por pensar no es alma.

De nuevo el pasado, que no puede ver tanta felicidad entre dos seres aparece
queriendo recuperar lo que nunca quiso tener, si, era ahora mi pasado... no puedo escapar de él...
y me vi otra vez solo danzando sobre la arena y la sal del mar de nuestro amor...
Inútil como el sello de un notario en el país de mi fantasía, luché por no verla más,
pero su cuerpo de sirena había creado una adicción en el mío y el síndrome de abstinencia de su amor, me hizo volver a caer y a necesitar la dosis diaria de besos, sudor y placer que ella me dá... y asi fué como partí un día sin pensar, sin saber, dejando una lagrima en su cara y una promesa de amor...
y fué así como me convertí en lobo de mar y ella en sirena
Mientras miro las nuevas olas, yo ya soy parte del mar.... del mar del amor
y así fué como escribí esta, nuestra historia de amor.