Seguí la senda De un pájaro herido Entre unos rosales Lo vi escondido Con sus alas rotas Y fuera de su nido Del pecho manaba Un hilo de sangre Tenía clavada Una espina de arce Se la hincara su amor Un ayer por la tarde Le extendí mis manos Lo traje hacia mí Le cure su herida Y lo vi sonreír Fortalecí sus alas Y… lo vi partir Surcando los aires Sólo me dejó Dejando una espina En mi corazón Y el bañado en sangre Ahora… soy yo Hoy sigo la ruta De aquel pájaro herido En los mismos rosales Estoy escondido Aguardo a que curen Este corazón mío
Texto agregado el 23-12-2003, y leído por 420 visitantes. (7 votos)