mi mente es un libro abierto, que relata, a pesar mio, intimidades propias, que debieran de permanecer alli, silenciadas, en ese patio de palabras, que se pronuncian irremediables en el celebro.
el dolor que arrastro, bajo las heridas de mi papada, como carro de cartonero,
suma con su potente persuacion,
esa pisca de torura que todo lo puede, en materia de reportajes, de confesiones,
de interrogatorios severos, bajo la luz del faro del inquisidor. entonces, mas que parecerme a un hombre llano, normal, estandar,
me siento como un niño angustido por la horfandad, perdido en la ciudad descalzo,
con su ego a cuesta dado vueltas como un guante, caminando sin rumbo definido, bajo el frio de la escarcha helada.
soy un beso profundo sin lenguas, soy la victima de una redada sin lazos, suplicando entre carcajadas ajenas, por mi timida inocencia.
parecido a un renegado escritor temeroso, de perder el oro escondido, bajo las axilas del mundo.
casi llego a lograr parecerme, a una dama de hierro falso, pintada de gris plomo, a una viuda negra preniada por sus victimas.
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