Tu urgencia de contacto me hace sentir desesperadamente hirviente. Tu cuerpo mojadito se resbala de mis muslos hasta mi ombligo. Te mueves lentito, gimes poco, tratando de ahorrar susurros. Cierras tu boquita roja, rasgada y yo te miro, hundida en el placer de mi miembro estático, de mis piernas que sostienen tu peso muerto. Bailas una extraña danza, una danza que no se de que libro sacaste. Una danza donde tu columna se contorsiona y tu cadera no pierde su ritmo. Ya casi es la hora, este contacto frenado no podrá soportar unos minutos más, yo tampoco, de ti ni hablar.
Comienzo a humedecerte la ropa, y de paso, intento tragar tus senos; tú nunca habías sentido algo así; te vuelves loca; tus ojos cerrados se revuelcan dentro de sus parpados. Y con más fuerza sigues presionándote hacía abajo, como si la gravedad no te bastara.
Falta muy poco, mis manos se adentran por pliegues en tu ropa hasta acariciar tu piel desnuda, llego a tus pechos; están tibios. El olor de tu perfume sube a raudales por tu cuerpo sudado. Mis brazos se resbalan por tus hombros delgados. Nos queda solo un recurso, eso lo sabes, eso lo sé ….
Llego en dos semanas, nos vemos ;p
PD: Esto es sólo producto de mi imaginación
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