He sufrido por horas, escuchandote despreciarme, y es que el contenido onírico que revisito por las noches tiene eso que contarme.
Que nunca me amaste, insólito ya lo sabía, pero que tu virtual imagen se resarza en esa idea... ¿No será innecesario?
Me digo lo intentaré por última vez, llamarte como en el sueño para recibir de una vez y por todas una respuesta, y en la vida real también me respondes, por primera vez en quince días. Y desprecias mi llamado por un comentario de fútbol que oyes por la radio, supongo que es más importante que yo, no quiero escuchar mi nombre, y lo dices para terminar la frase y volver a enajentarte.
Te odio, yo a ti ahora, porque no dices lo que el sueño anticipa, pero es peor, porque me encuentro con que realmente tienes el problema que vi, estás con licencia por eso, y me desprecias como en el sueño, pero sin decirlo, escondiéndote tras un comentario de futbol. |