Orgullosa soberana de todo cuanto tocas,
Apolo coronó tu cabello y cada vez que te posas
un rayo ilumina tu manto de armiño,
mientras Cupido juega con nuestros corazones de niños.

Cuando te deslizas con tu aire majestuoso
Nosotros embobados nos volvemos unos golosos,
y nuestros corazones, cual vasallos, se inclinan a tu paso,
mientras que mi alma sueña que muere en tu regazo.

Oh mi bella diosa, tan lejana que apenas me notas,
que daría por besar tu hermosa boca!



Es un poema mitad en serio, mitad joda sobre una chica que iba dos grados más arriba de nosotros en la Universidad y que tanto a mi como a mis amigos nos encantaba, obviemente nunca paso nada, creo que solamente una vez nos habló, para preguntarnos la hora y yo y mis amigos con tremendos relojes no atinados a decirle nada..