… por la ciudad

a Andrés Castro
que supo caminarla


I




Se empeña en acallar
el profundo rumor
pervivir en la amnesia
de la pura existencia
enloquecer de rutinas
crear
desplazar
producir
intercambiar
destruir
restaurar
abstenerse de echar
la vista atrás
proscribir el abismo
decretar el estado de
estar
ser
intentarlo
abolir el fracaso
reclamar el porvenir
no reconocerse incapaz
de mitigar
esta soledad.

II


Bajo los castaños
del Retiro
un ángel desterrado
acaricia los amantes.


III

Sierpe electrificada
se desborda bífida
en mil y una fauces
jadea
exuda humores
persistentes
repta con ojos
repletos de ansia
monstruo embravecido
por el hedor de cuerpos
exultantes
provocadores
disponibles
o también despojos
exhaustos
desplusvalijados
al final de la jornada
intuí su presencia
no distante
apuré el paso
empujé
las puertas se cerraron
maldije
y me dejé llevar
por la anaconda insomne
sumiso
puntual
metropolitano.


IV


El Bernabeu ruge goles
en ese desatino
de millones.


V


Raquis o divisoria de aguas
de sur a norte
Castellana como la tierra
de norte a sur
En esta acera
Indalecio y Largo palpitan
en su letargo de bronce
A su vera el Caudillo encaballado
entronizado por los Dioses
En la otra orilla
urna acristalada
con el escueto libro
de la Democracia
Por la avenida
los coches pasan
los autobuses repiten
su ritual parada
y las gentes deambulan
inadvertidamente
Por suerte Botero
levantó la mano
en señal de alarma
Qué vejez espera
al empeñoso libro
mientras subsista
tal vecindad escultórica
y el de a caballo amenace
con su bastón de mando
Por el momento los conductores
sólo prestan atención
al color de los semáforos.


VI


Por el oeste dicen
que llegaron
más bien del Ande
cotorreando
verdes
como el verde
de tan verde
azules
sí por el oeste
negro sombrío
de encinas y pinos
algarabeando andan
decididas a quedarse
es extraño
por qué
tardaron tanto.



VII


Villa y corte
capital
del imperio
rompeolas
de las españas
puente
entre dos mundos
puerta
de europa
capital
del estado
sólo tú empeñada en ser
lugar
de ciudadanos.



VIII


Con fiereza de contables
grúa en ristre
atropellan el paisaje
para aplacar su sed
no les alcanza
la ciudad.


IX


Detrás del resplandor
donde el alba pugna
contra alas de murciélagos
vibra un reclamo con olor
a esperma y útero prometedores
Desde su allá su entonces
los empujó al camino
Embriagados de luz deambulan
por la ensimismidad de esta gente
al filo de la navaja
entre la conmiseración y el desprecio
Otra vez la música
los salva redime envuelve acoraza
en el vagón del Metro
y estalla el aullido del Ande
cuando sacrificaron a sus Dioses
en el mismo instante del acero
Quizá lleguen a percibir que
en esta Ciudad el mediodía reluce
con el negro de la espuma congelada
en la mitad del llanto.


X



No remuevas
las piedras residuales
sólo encontrarás
alcantarillas
si de veras
persigues el origen
husmea su rastro
un poco más acá
en mañanas de domingo
que por el Cascorro
pervive bullente
la vieja morería.


X



El polaco se marca
un tango en acordeón
y la gente monta
la escalera mecánica
con otro ritmo.



XII



Torcazas que zurean
de puro frágiles
merodeadas por
los depredadores
qué pueden ellas mercar
en ese chalaneo atávico
de la Casa de Campo.


XIII



Una risa
un niño
una alegría
otro niño
y otro
por aceras y plazas
parapetados
en su futuro
esgrimen fantasías.


XIV


Dónde los muertos
pregunto
no los encuentro
habrán huido
quizá nunca cayeron
pero yo tengo oído
de los que asaltaron
el Cuartel
de los que atrincheraron
la Universidad
de los que juraron
no pasarán
de la niña segada
por la bomba
en la Gran Vía
dónde los muertos
exijo una respuesta
necesito saber el lugar
para llevarles una flor.


XV



Con olfato fino
descubre el chabolar
y se queda clavado
un instante
en el suspenso
de la vida
que más da
si ya se va
o se queda
que es lo mismo
y su poquito de paz
le penetra
por la arteria.


XVI


Llegada la ocasión
se ensanchan las avenidas
las cuadrigas descienden
con aleteo de palomas
desde sus atalayas
y la multitud renueva
su comunión
con la ciudad.


XVII


La Ciudad está abierta
apórtale tu grano
de vida.



Madrid, primavera 2.003