I


Escapando de ti, cruel amor
me he embarcado en mis sueños del ayer;
prometí no volverte a ver, ni a oir,
es hora de cumplir mi promesa;
tu amor me lastima y yo,
gimiendo como un niño
ya no rezo, ni adoro mi veneno
la luz del nuevo despertar.


II


Daño me has hecho
gimo de dolor en la anchura del camino
no puedo verte, ni oírte
y por esa razón,
no te quiero volver a pensar, ni a proyectar
sufro con lágrimas de dolor
pero, he jurado no verte más.



III


He logrado escapar a la futura emboscada
gimo pero ya no tanto,
pues ya he sufrido demasiado en soledad
he llorado al ponerme a pensar
que de esos ratos que pasamos
nunca me volverán a dar.
Rabia tengo al pensar, que de nuevo
algún día te he vuelto a amar.



IV


Oh dioses de Olimpo, criatura celestial,
¿por qué os empeñas en molestar,
en hacer sufrir a alguien no divino,
oh, tu Hades celestial?
¿por qué te ruego que no inflijas más
en mi triste corazón,
las puñaladas que matan y ahogan
que cercenan sin piedad?



V


Volveré a creer, a cantar a rezar
volveré a ser, a mirar y a rogar,
te volveré a ver ya sin plumas,
en un rincón sin malestar
alados y juntos
te cantaré, canciones de amor y de amistad;
os juro que os amaré por siempre
vosotras, divina soledad…